I ONLY WANT SONG MINGI.

3•

Estaba volviéndose loco, había comenzado a soñar con el a diario y no precisamente sueños vainilla, despertaba sudado, mojado y con una erección que cada día le dolía más.
De solo recordar como los labios del peli rosa recorrían la piel de su cuello, su pecho, de sus muslos, lo hacía desearlo un poco más. Recordar tenerlo encima de su pequeño cuerpo en todas las posiciones que el tiempo de su sueño le permitía, penetrando hasta en lo más profundo de su ser, agradecía vivir solo porque seguramente sus gemidos mientras dormía descubririan sus sueños húmedos con aquel trillizo.

No podía vivir en paz, aún no sabía ni su nombre, no sabía absolutamente nada más que su edad y su carrera, eso lo volvía aún más loco. Porque sus hermanos no lo dejaban tranquilo, pero aquel chico que a él le interesaba ni siquiera lo miraba.
Quería sentirlo, quería los labios del chico sobre los suyos, que sus grandes manos apretaran su cintura de manera posesiva, no le importaba absolutamente nada, solo lo quería tener a el.
Verlo con personas diferentes cada vez en el bar le hacía quemar por dentro, su sangre hervía, la rabia lo consumía junto a la envidia de no poder ser el.
Un baño de agua fría lo ayudaría a mantenerse calmado, por primera vez gracias a sus sueños se levantaba temprano y llegaba a tiempo al campus.

Con pereza se levantó, nunca había llegado a la locura por alguien como en estos momentos.

Se debatía por qué ropa usar, odiando se por completo al no elegir lo adecuado para verse bien. Siempre que lo veía con chicas estás llevaban ropa ajustada, ¿Sería buena idea llevar ropa ajustada?.

Tenía un jean claro, roto de las rodillas que no había usado por la razón de ser demasiado ajustado, pero ahora era el momento perfecto para usarlo.
Giro su cuerpo hacia el espejo, el jean le acentuaba bastante bien, con una camisa blanca de botones fajada y una chaqueta azul marino con botones plateado.
Sintiendo suficientemente bien con el resultado bajo a buscar su ahora bolso, saliendo de casa rumbo a la universidad.

••••

SeongHwa estaba cansado de sus lloriqueos cada día, lloriqueando por aquí y por allá en cada clase, en la biblioteca, en el almuerzo, en el camino hacia sus casas, lo tenía harto.

— ¿Ahora que es lo que sucede, HongJoong?.

— Me gusta mucho, Hwa.

Un lloriqueos salió de sus labios mientras se estiraba sobre la mesa de la cafetería.

— ¿Quien?.

— El trillizo tonto que está ahí.

Sin levantar su cabeza apunto un poco con su mano hacia la mesa de los trillizos.

—¿Cuál de los tres?.

— El chico de labios gruesos.

— ¿Cuál de los tres?.

Respondí sarcástico.

— El chico de ojos pequeños.

— ¿Cuál de los tres?.

¿Era una broma?.

— El chico de nariz puntiaguda.

Respondió con un jadeo.

— ¿Cuál de los tres, HongJoong?.

Suspire tratando de tranquilizarme, estaba fastidiado.

— Demonios Hwa, el chico de cabello rosa.

— Oh, hablas de Song MinGi.

Su rostro se iluminó, su mirada rápidamente se poso en mi, con una inmensa sonrisa en su rostro.

— ¿Ese es su nombre, Hwa?

Gire un poco los ojos, ¿De verdad no lo sabía?.

— Si.

Un chillido de emoción salió de sus labios, se enderezó y golpeteo sus pies en el suelo como si de un niño pequeño se tratará.

— Me gusta Song MinGi, me gusta mucho.

Brinco en su lugar aún emocionado sonriéndome, mi amigo era bastante inmaduro.

— El no gusta de ti, HongJoong.

Me miro con fastidio.

— Puedo hacer que guste de mi.

—¿Sabes lo pesado que es?.

— No me importa, quiero a Song MinGi. Lo quiero para mi.

Suspiro de manera exagerada y volvió a soltar su fastidioso chillido.

••••

Camine apurado por el pasillo hacia una de las aulas del segundo piso, subí rápido las escaleras, pero mi bolso resbaló cayendo este por los escalones saliendo todas mis cosas ya que no tenía algún cierre para protegerlo.

— Deberías tener más cuidado.

Alce mi rostro mirando los ojos del castaño, fastidiado rodé los ojos y comencé a recoger todas mis cosas que ya hacia regadas por ahí.

— Lo tendré, gracias MinGyu.

El trillizo rio bajo. ¿Que era tan divertido?.

Con sus manos toco mi cintura deteniendo mi cuerpo para no caer, ya que un pequeño paso hacia enfrente me haría caer. Un poco incómodo las quite de ahí.
El chico era guapo por supuesto, pero un pequeña diferencia había entre el y MinGi — ahora que conocía su nombre me encantaba—, MinGi me gustaba, me parecía aún más atractivo que sus dos hermanos, sus cuerpo un tanto más ancho, sus facciones más marcadas y maduras, era el hombre más guapo que había visto.

— Dame un beso, HongJoong.

Era un cabron, ¿Cómo se atrevía a ser tan descarado?.

— No, y de manera amable te lo voy a pedir, déjame en paz.

Golpeé su mano antes de que se posará en mi rostro alejándolo de mi.

— Me gustan los difíciles, HongJoong.

Susurro en mi oído antes de alejarse de mi e irse por dónde había venido.

Que fastidio.