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| Fiesta parte I |

¿Hasta cuándo iba a parar de joder?.

Era su hermano menor, pero estaba a nada de callarle la boca de un puñetazo si no paraba.

- Solo quiero saber porque golpeaste a JiHoo, MinGi no es difícil.

Respire profundo para no perder la poca paciencia que me quedaba y me levanté del sofá. Siguió mis pasos, por supuesto.

- MinHo, estoy a nada de patear tu culo, déjame en paz.

Camine hasta el jardín para relajarme un poco pero aquel enano tenía razón, su hermano era un dolor en el culo.

- No te importa, no es de tu jodida incumbencia. Mejor dile a tu amigo que conoce bien mis advertencias.

Enojado camino hacia la puerta, entrando a la casa, azotando un poco la puerta, ya se le pasaría su berrinche.
Estaba comenzando a molestarme todo este asunto. Ese hijo de perra no había tenido suficiente, merecía más.

•••••

¿Una fiesta? ¿En el bar?

Tenía que ser una broma.

- ¿Cómo pretendes que realice todo yo sólo?.

Aquel hombre alto, robusto y con tatuajes esparcidos por sus brazos me miro, mi jefe.

- Te traeré a una de mis sobrinas, la mayor. Ella te ayudará, HongJoong.

Suspiré molesto.

- Aún así seríamos solo dos y los guardias, Byung. Ella será mesera y yo prepararé todos los pedidos, no es suficiente.

Me miro de reojo mientras maldecia por lo bajo.

- Te pagaré lo de tres semanas, HongJoong. Aceptalo porfavor.

A regañadientes acepté, ¿Que más podía hacer?. Byung era un buen jefe.

- Bien, pero la próxima vez avísame antes para conseguir yo gente, sabes que no soportó a Kelly.

Aún no sabía de quién era el evento, solo sabía que eran un montón de universitarios que habían alquilado todo el lugar para la dichosa fiesta.
Evitaba a toda costa asistir a fiestas universitarias porque literalmente se volvían locos, todo era drogas, alcohol y sexo por doquier, tenía suficiente con los clientes molestos del bar, atender borrachos y personas que los guardias sacaban a patadas del local por acosarlo, siendo el único que atendía aquel lugar era quien me llevaba todas las malas experiencias. De vez en cuando la sobrina de Byung pasaba a ayudar, era molesta, con su voz de pajarraco chillona e irritante, sus pechos de fuera en aquellas blusas pegadas y escotadas, su cabello corto y bien peinado, su labios gruesos inyectado llevaban siempre labial de un color rojo intenso. Mejor prefería trabajar solo hasta el cansancio, estar con los pies adoloridos e hinchados, que aguantar a aquella mujer tan intolerable. Pero era demasiado tarde, Byung ya la había llamado.

Solo esperaba que todo fluyera bien, sin personas molestas, sin personas hostigando y sin peleas.
Comencé a barrer el lugar, no iba a mentir, la paga era lo suficientemente buena como para no dejar aquel trabajo, las horas se acoplaban perfectamente con el horario de la universidad, los fines de semana el lugar abría más tarde así que podía descansar más tiempo por las mañanas, aún que entre semana si me era difícil salir tan tarde y despertar tan temprano. Pero está bien.

Después de limpiar el lugar y lavar perfectamente bien todos los tarros, copas y demás utensilios que necesitaría fui tras vestidores, ahí me esperaban Byung y el dolor de culo, Kelly. Byung extendió una camisa de botones a cuadros hacia mi y un mandil de cintura color negro con el logo del bar.

I ONLY WANT SONG MINGI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora