03. Lukas

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(03)

LUKAS.

Mi madre no me ha parado de sermonear sin respiro alguno desde que subió al auto, simulo que la estoy escuchando al menos, claro sin que lo note que lo estoy haciendo porque si no... sería mucho peor todo su soliloquio.

—¿Me estás escuchando Lukas?

—¡Ahm! Si, solo que olvidé dejar listo unos asuntos en la oficina. Pero de seguro Danna se encargará de ello.

Asiente complacida con mi respuesta, suelto un suspiro y le dedico una mirada de soslayo. Lleva una sonrisa en su rostro, después de haberme dado un buen regaño ahora luce contenta. Entre cierro mis ojos... algo trama.

Detecto cierta actitud sospechosa.

¿Qué se traerá entre manos mi dulce madre?

Me recuerda a él.

Supongo que nunca te irás del todo, las personas nunca se van del todo. Los recuerdos siempre serán una fuente de vida, siempre te mantendrán vivo.

Por otro lado, aunque llevo su nombre dibujado en mi sonrisa, la pequeña rubia no es la misma de antes. Creo que fue bastante justa en pedirme que no la volviera a buscar. Al menos eso le debo, al menos en eso debo entenderla. En ésta historia me a tocado ser el malo de la película y debo lidiar con ello.

Es tan difícil mirarla y que no se te desencadene el alma. Estoy aprendiendo, caería y tropezaria mil veces solo por ella.

Está renunciando, lo está haciendo. Pero yo no estoy dispuesto a hacerlo.

El auto se detiene frente al sitio escogido por mi madre. ¿Cómo olvidar éste lugar? Recuerdo que la última vez que estuvimos juntos en este mismo sitio, lucias tan feliz y lleno de vida. Mamá solía traernos a este mismo lugar cuando éramos solo unos niños, ahora únicamente... seremos ella y yo. He cambiado tanto que ni yo mismo logro encontrarme.

Creo que no hay nada peor que la soledad.

Mamá me sujeta de la mano y me guía a seguir sus pasos justo como hacía cuando era un niño. La sigo con una pequeña sonrisa incómoda, aún no puedo visitar los lugares que me recuerdan a él. Cuando perdemos a un ser muy cercano no sabemos cómo afrontarlo, no logramos entender la situación que nos embarga hasta el punto en el que nos toca pisar tierra firme y enfrentarnos a la ausencia de ese ser que en su momento nos iluminó con su breve vida.

Mis ojos se abren de sorpresa al mismo tiempo en que todo mi cuerpo se tensa por completo e intento huir del agarre de mi madre quien me sujeta aún más fuerte, ¿de dónde a sacado tanta fuerzas? Sabía que algo estaba tramando.

Llegamos a la mesa y ella saluda a las chicas de inmediato. Cassie estaba de espaldas por lo que se gira de inmediato al escucharla. Su mirada cae en la mía y de verdad no sé que sentir o que es lo que estoy sintiendo en este preciso momento.

—Hola a tí también Lukas —saluda Patty para bajar la tensión que nos rodea.

—Hola.

Si, eso es todo lo que puedo decir. Lo sé, soy patético. Aunque me escondo detrás de un mural de piedra soy un patético sin remedio alguno.

—Hola —contesta Cassie con su mirada puesta hacia otro lugar.

Un golpecito me saca ensimismamiento y veo a mi madre señalándome el asiento libre junto a la rubia de mirada castaña. Tomo asiento a su lado, puedo ver lo incómoda que está y la verdad hasta yo lo estoy.

—Por lo que veo hemos llegado justo a tiempo para ordenar que comer —pronuncia mi madre.

Soy el primero en tomar el menú, le dedico una mirada de soslayo y ella hace lo mismo. La veo tragar grueso.

Un amor en tiempos de tormenta ©️#2 ✅[Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora