Nervous

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Aun seguía en el taxi donde lo llevaría a su destino: la casa de Rubén.

La verdad era algo muy extraño que su abogado esté yendo a la casa de su cliente. Estaría algo mal, por así decirlo. Después de todo, no iba por trabajo, sino por estadía. Y eso era lo más complicado de todo.

Llegar a la casa de un, por así decirlo, extraño. Con el que solamente has interactuado libremente por trabajo, era difícil para Quackity.

Él no podía aceptar estar en casa ajena junto a sus clientes y menos en su situación actual, podría causar demasiada incomodidad. Aparte de un detalle:

Rubén tenía esposo.

Y aunque él estuviera tratando su separación, no podía aparecer de la nada en su casa sin papeles o algo relacionado con el tema. Pero en fin, es exactamente lo que estaba haciendo.

Solo estaba rezandole a los dioses que sus orejas de pato y sus alas no se notaran.

[ק§×]

¿Si Rubius quería a Vegetta? Lo quería, pero no lo amaba.

Despues de todo por eso era la separación: dejar de hacer sufrir a su marido; Próximamente, sólo amigo.

El mensaje de su abogado llegó. Y al leerlo solo no pudo sentirse más que apenado y alborotado. Su casa estaba en un desastre enorme, donde todas las cosas estaban amontonadas entre si. Sería algo muy vergonzoso que venga una visita y casa este de cabeza, según la opinión del castaño.

- Quackity, me hubieras dicho antes! mi casa está hecha un desastre

Le respondió con suma prisa mientras arreglaba todo lo más fácil por así decirlo. Como la ropa tirada en su escritorio o los trastes esparcidos por todo el hogar, recibió un mensaje casi al instante, respondiendo con la misma velocidad.

𝔘𝔫 𝔪𝔲𝔫𝔡𝔬 𝔦𝔫𝔧𝔲𝔰𝔱𝔬 - Rubckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora