𝔘𝔫 𝔪𝔲𝔫𝔡𝔬 𝔦𝔫𝔧𝔲𝔰𝔱𝔬 - Rubckity

Jealous

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Otro día más, otro día sin su pareja al lado suyo.

Y si vivían en la misma casa por obligación y crear una escena ficticia a los demás para no crear sospechas, no estaban abrazados en la misma habitación, ni siquiera hacían contacto físico. Y si se hablaban, expresaban odio entre párrafos  y oraciones, con un nulo amor en ellos.

Quackity se dirigió a la cocina para preparar su desayuno. 10:00 am dictaba en el reloj. Era domingo, por lo que era su día especial para no hacer absolutamente nada relacionado con el trabajo. Así que pensaba hacer sus labores favoritos: no hacer nada.

Se hizo su cereal con yogurt y un té. Al terminar, se dirigió a su habitación. Su marido seguía en casa justo en el lado izquierdo de su cama, y como era costumbre, él se hecho en el derecho, ignorando la vista asquerosa de su marido.

Al no necesitar ocultar su lado hibidro, estiró sus alas y se quitó su gorrito para que sus plumas amarillentas sientan el aire fresco. Se sintió por primera vez en su vida libre.

Pero como era costumbre, no duró mucho tiempo.

Una cara de indignación se posó en el rostro de Luzu. ¿deja vu? tal vez.

— ¿puedes apartar tus sucias extremidades monstruosas de mi lado? - dijo Luzu, mirandolo con asco.

— ¿tanto te molesta, cabron? entonces por qué no te vas y me dejas en mi casa de una vez por todas.

— Me iría, pero me necesitas.

— ¿disculpa? - respondió indignado Alex, bajando sus alas y frunciendo el ceño.

— Pues claro, me necesitas de tu lado. Porque si me voy, le diré a la autoridad sobre ti. ¿Y qué harán? -soltó una risa- lo sabes perfectamente, Alex.

Las orejitas emplumadas de Quackity bajaron, y sus ojos, si mostraban furia hace un rato, también mostraban una notable preocupación. Luzu tenía razón, si salía de casa y le contaba sobre a las autoridades, ya se imaginaba muerto, renaciendo en otro cuerpo.

Se colocó su gorrito sin con sus orejas sufera por vergüenza inconsciente. Ya no podía sentirse tranquilo. Tal vez Luzu tenía razón : era un monstruo.