08

2.7K 225 158
                                        

08: Marca una, marca otra.

La rubia se encontraba sentada en el piso, Marcus no estaba, así que, se fue junto a su hermana menor.

La cual se encontraba hablando de, ¿karate?

La verdad, Brook no entendía nada, porque la cabeza le dolía demasiado, como para concentrarse en la conversación.

Abby llegó al lado del grupo y Brooklyn quería pararse para abrazarla, solo para hacerle saber que ella estaba ahí.

Pero no podía.

Porque sentir eso por Abby sabiendo que ella no estaba completamente interesada, dolía mucho.

La rubia dirigió su mirada hacía ella escuchando por primera vez lo que estaban hablando— Eso es lo que pasa cuando tienes pareja y desapareces completamente de tus amigos.

En la cara de Brooklyn se pudo ver una pequeña pizca de diversión al ver como eso iba dirigido hacia su hermana y Hunter.

—Ay, no. Si te sientes sola, yo saldré contigo. Llámame cuando quieras.

Bueno, ahí la sonrisa se fue, porque definitivamente, Abby sería capaz de llamar a Press.

—Púdrete, Press.

Ginny dirigió una mirada preocupada hacia la pelirroja— Abby, ¿estás bien?

—Sí, estoy bien —contestó— Estoy bien, bien, bien. Solo, estoy teniendo un mal día —hablo mientras se sentaba en el piso.

—Algunos días son diamantes y otros días son solo piedras.

—Gracias por eso, Confucio.

Abby dirigió su mirada al grupo— Los odio a todos, Ginny es la única que me queda en estos momentos —la pelirroja dirigió su mirada a la rubia, quien solo procedió a dirigir su mirada a sus manos, antes de que Abby golpeara la pierna de la morena.

—Bien, sí. ¿Quieres hablar de eso? —Abby hizo el ademán de contestar cuando el teléfono de Ginny sonó— Ay, por díos, está aquí. Brook, mi papá está aquí —la rubia le levanto el pulgar intentando sonreírle.

Abby soltó un suspiro— Ay, qué bien, tu preocupación por mi problema ha sido muy poca.

La rubia frunció el ceño y se acercó más a Abby, porque por más que no tuviera que hacerlo, odiaba verla de esa forma.

Y odiaba la poca preocupación de sus supuestos amigos hacia ella.

Así que, le habló— ¿Quieres hablar, Abby?

Abby la miro confundida— Bueno, me estás hablando, raro —la rubia sonrió, pero antes de que pudiera contestar Ginny la interrumpió.

—¡Papá!

—¡Hola!

La rubia dirigió su mirada a estos, viendo como se abrazaban, antes de volver a dirigirla hacia Abby.

YES TO HEAVEN, abigail littman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora