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 Apenas y podía respirar, todo me dolía, había perdido mucha sangre, y tenía la vista nublada, pero estaba usando las ultimas fuerzas para seguir avanzando y cumplir mi promesa. 

—Mas les vale estarme esperando, por favor que estén con vida — susurre casi inaudible para mí misma, había llegado a la bodega sin ningún problema, o eso creía, porque justo cuando entre y me recargue en la pared para que me fuera más fácil avanzar entraron tres jóvenes detrás de mí, todos cayendo en las trampas que había puesto previamente, seguí avanzando con dificultad hasta llegar a la escalera, casi no podía moverme.

—Tienes que cumplir tu promesa Nath, tienes que llegar, José y Lili te están esperando — dije para darme fuerzas a seguir, abrí la primera puerta y le puse el seguro, para después muy torpemente entrar el código en la cerradura electrónica, al abrir la puerta caí de rodillas frente a esta, pude ver a José abrasando a Lili mientras ella cantaba una dulce melodía.

—Nath ¿estas bien? Nath contéstame — dijo José corriendo a mi lado para poder cerrar la puerta y auxiliarme.

—Lo logre, ese cabrón no va a volver a usar un solo niño más en esta maldita celebración — dije con una sonrisa de alivio en el rostro.

—Aun sigues sangrando, Lili, dame ese botiquín que está en el estante — dijo José, la niña se movió de inmediato y le acerco el botiquín a José, él comenzó a sacar gasas de este.

—Lili, voltéate para la pared, pero dame la mano ¿sí? — dije y la niña me obedeció — sigue mis instrucciones, esto me lo enseñaron en el ejército, aún tenemos tiempo de parar la hemorragia — le dije a José.

—Dime que hacer güerita — dijo.

—Solo tienes que presionar la herida con una gasa, pero tienes que hacer presión con mucha fuerza, eso debería parar la hemorragia — dije, él tomo la gasa y con algo de duda hizo lo que le indique, dolió horrible.

—¿Te lastime? — me pregunto.

—Estoy bien — dije, aún seguía pensando que moriría.

—Ya falta poco para que todo termine, por favor resiste Nati —me pidió José.

—Sabes, siempre pensé que moriría de vieja, después de a ver formado una familia, con mis hijos a mi lado después de haber vivido una buena vida, no así — dije en un hilo de voz.

—Nosotros seremos tu familia hasta que mueras — dijo José.

—Entonces ¿Te puedo decir mamá? — pregunto Lili mirándome, yo le sonreí a la pequeña niña.

—Si tu así lo quieres si Lili — dije, ella apretó mi mano.

—Pero necesitamos un papá — dijo la pequeña —Ya se, José será el papá — dijo la pequeña, ella no estaba midiendo la seriedad de la situación y me agradaba que así fuera, ya había sufrido suficiente, José solo asintió y Lili se recostó junto a mí, recargando su cabeza en mi hombro, me estaba costando mantenerme despierta, los ojos me pesaban y apenas y podía respirar con normalidad.

—No te puedes morir Güerita, tenemos que cruzar de regreso a México — me dijo.

—No l-lo voy a... a lograr —dije dejando caer una lagrima.

—Si lo vas a lograr, ya solo faltan treinta minutos, sé que puedes, tú lo dijiste, perseguiste a narcos estando más herida —dijo José mientras terminaba de pegar una gasa sobre mi herida, la hemorragia se había detenido, pero si perdí mucha sangre.

—No quiero darte falsas esperanzas —dije, el seco mis mejillas y me acomodo en su regazo, Lili estaba recargada en mis piernas mientras aun tomaba mi mano.

The Purge: One More TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora