01 •La primera vez que...•

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“Si tuviera que hablar de amor, les hablaría de nosotros”

El grupo de amigos reía, era un grupo algo grande que constaba de nueve personas las cuales iban en diferentes grupos pero en la misma preparatoria y por eso se habían conocido. No hace mucho habían comenzado su amistad, unos tres meses probablemente, pero esos tres meses les fueron suficientes para llevarse demasiado bien.

Saiko estaba recostada en las piernas de su amiga mientras escuchaba a los demás decir tonterías y reír por cada cosa que decían, era feliz cuando estaba con ellos. Olvidaba lo mala que era su vida aunque sea por unas cuantas horas, pero lo hacía y después volvía a su realidad la cual no era tan mala pero ella no se sentía feliz con lo que tenía, quería más.

Su amiga movió sus piernas haciendo que Saiko abriera los ojos, ahí seguían todos cada uno sentado formando un círculo.

— Sai. — uno de sus amigos la llamo y la hizo sentarse correctamente. — siéntate bien para que el se pueda sentar.

Lo miro y esa fue la primera vez que lo vio, ni siquiera se le hizo un poco atractivo en ese momento. Solo se sentó normal y dejo que el hombre se sentará a su lado.

Agregaba comentarios a la conversación y reía hasta quedarse sin aire y su estómago doliera, lo hizo hasta que sintió que el hombre a su lado tocó su cabello cosa la cual le molestaba.

—¿Es tu cabello natural?

Alejo su mano de su cabello y asintió. — Sí.— se hizo una coleta y dejo su cabello en paz. — ¿Cómo te llamas?

—Aki ¿tu?

—¿No escuchaste cuando me hicieron sentarme por tu culpa?

—Puedes acostarte, no tengo problema con tener tus pies en mis piernas.

Sonrió y se volvió a acostar pero está vez puso su cabeza en las piernas del tipo que acababa de conocer.

—¿Por qué recién te conozco?

—Soy amigo de Angel y me dijo que viniera porque no tengo ninguna clase y ya me iba a mi casa.

—Ah, Angel es muy extrovertido ¿verdad?

—Si, podría decir que tiene muchos más amigos que tú y yo juntos.

—¿Tu no?

—Más o menos, conozco varias personas aquí pero no son mis amigos realmente.

—Eres extrovertido igual que Angel, ok.

—Bueno sí, si así lo crees tú si.

—No es que yo lo crea así sino que así se le define a las personas con buenas habilidades sociales.

— Lo sé ¿tu eres extrovertida — se quedó a mitad de su pregunta.

—Saiko.

—Bien Saiko ¿tu eres extrovertida?

—No pero no me molesta conocer gente si ellos se acercan lo único que no hago es acercarme primero. No puedo.

Hace un buen rato dejo de concentrarse en escuchar las voces de sus amigos y reírse de sus chistes, solo le prestaba atención a Aki.

—¿Conoces a alguien más de aquí aparte de Angel?

—Conozco a todos menos a ti lo cual es demasiado raro ¿eres nueva o algo así?

—No, estoy aquí desde primer año.

—Entonces eras muy irrelevante y por eso no te conozco.

—Digo yo tampoco te conocía eh así que muy relevante no eres.

Aki le sonrió y quitó la liga de su cabello intentando molestarla.

—Dame mi liga, siempre se me pierden cómo para que me la robes.

—La próxima vez que los veamos te la regresaré ¿si? bueno igual no necesitas responder no me va a importar si quieres o no.

—Te esperaré aquí como una piedra.

Rió. — ¿Por qué como una piedra? — comenzó a trenzar el cabello de Saiko.

—Porque las piedras no se mueven de lugar a menos de que tu las cambies y si me dices que me la devolveras en otro lugar yo ire y si me dices que me la devolveras aquí mismo, aquí te esperaré, igual una piedra.

—Te gustan mucho las piedras ¿no?

—Antes las coleccionaba, cuando tenía unos ocho años y hasta los once lo deje de hacer, tenía muchas y mi mamá las tiro. Pero igual no tiene nada que ver con lo que acabo de decir, lo uso de metafora.

Varias personas del mismo círculo donde estaban sentados comenzaron a despedirse pues sus clases estaban por comenzar o algunos ya querían regresar a sus casas pero para Saiko era agradable estar ahí y más si acababa de conocer a alguien nuevo.

—¿Mañana estarás con nosotros?

—Probablemente, solo si Angel me invita de nuevo.

—¿Entonces ya te vas?

—No pero deberíamos de escuchar lo que los demás dicen, es agradable platicar contigo pero también quiero escuchar más personas.

Se sentó bien y se dedicó a escuchar la conversación de sus amigos como Aki le había indicado.

Esa fue la primera vez que hablo con el, la primera vez que lo vio y la primera vez que le contó a alguien sobre su extraña obsesión por las piedras que había tenido hace unos años.

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