Termino Perdóname de Deorro y ya no podía más. Respirábamos agitados, moví mi mano a su cuello y note como se tensaba para acercarme. Podría besarlo, su frente estaba pegada a la mía, tan solo un movimiento.
-Bailan muy bien - nos separamos como si nuestro tacto quemara. Lo mire de reojo mientras me dirigía a la dueña de esa voz.
-Gracias Andrea, la siguiente canción es de ustedes – sonreí y me giré a mi compañero de baile – suerte – me despedí y fui donde los dos diablillos.
Al llegar a su lado no quitaban la sonrisa de victoria.
-Los voy a matar.
-Creo que me embaracé de solo verlos – dijo Félix a modo de saludo.
-Calentaron todo el lugar con la tensión sexual que hay entre ustedes – continuo Carlos.
-Lástima que nos hayan interrumpido – creo que soné más irritada de lo que pretendía.
-Hey – se acerca Félix pegando nuestros hombros – al menos no has salido corriendo como lo has hecho desde que lo conoces – lo mire con mala cara y alzo las manos en señal de rendición. – hablando en serio, me tienes mareado de tanto que hablas de él. ¿De verdad dejaras pasar esta oportunidad? si se nota que te quiere dar duro contra el muro tanto como tú.
Me ruborice y fije mis ojos en alexander, maldito estúpido, por qué tiene que estar tan bueno. Debería hacerme un favor y ponerse feo para poder superar las ganas de besarlo cada vez que pienso en él. Necesito aire para calmarme.
-Quiero estar sola un rato, iré afuera – aviso y me pongo de pie.
Me aleje más de lo que debía, con las luces del local no se podían ver las estrellas y esa era mi intención. Al fin pude llegar al jardín, me senté en una banquita y miré alrededor. Estaba rodeado de árboles y en el centro había una pileta. Era hermoso, ojalá hubiera traído el celular para tomar unas fotos o mi chaqueta, estaba fría la noche. De repente sentí pasos y me tense, evalue todos los posibles escapes, quizás podría golpear para darme tiempo de correr donde estaban los demás.
-Hola – perdí todo hilo de pensamientos cuando reconocí la voz. MIERDA. Me gire y ahí estaba Alexander.
-Hola ¿Qué haces aquí? – de todos los tonos que podía encontrar mi voz, tenía que salir chillona.
-Eh, cuando terminé de bailar me fui a sentar y Félix me dijo que querías hablar conmigo.
MALDITO TRAIDOR.
cerré los ojos y tomé todo el aire que pude para no levantarme e ir a golpear a ese idiota. Disfrutare lanzando una cerveza a su cabeza o bajándole los pantalones en plena pista.
-Pues – había olvidado que lo tenía delante – ¿Qué quieres decirme?
-Yo eh bueno – donde demonios quedaron mis cuerdas vocales?
No me puedo concentrar con esos ojos puestos en mí. llevaba una polera y un Jens, sería tan fácil dejarlo sin nada, sentarlo en esta banca y comenzar a cabalgar. Estamos alejados por lo que nadie nos vería y si el traidor sabe que estamos solo los dos, no dejara que nos molesten. Seguía mirándome esperando una respuesta y no sé de dónde salieron las fuerzas de levantarme, acercarme y besarlo.
OH.POR.DIOS.
Espere demasiado este momento, note como se tensó al sentir mis labios sobre los suyos, pero al segundo se relajó y me devolvió el beso poniendo sus manos en mi cintura y profundizando el beso. Creo que me voy a derretir. Lo necesitaba más cerca. Puse mis manos en su nuca y presioné para que de ninguna manera se escapara.