Entre líneas

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Un bip anunció escuetamente las 10 de la noche en el reloj de muñeca y detuvo sus pasos.

¿El escenario? Era un parque, relativamente grande, ¿cómo había llegado hasta ahí?

Se sentó en una banca para sopesar su situación actual.

Enid llevaba horas caminando, o eso sentía, luego de una discusión algo extraña con Merlina, sintió que lo mejor era caminar hasta donde la llevaran sus pies, a veces esa chica era simplemente imposible.

Su teléfono sonó y al sacarlo del bolsillo notó que timbraba con el nombre de "Wednesday" en toda la pantalla, bufó, lo que menos necesitaba era tener que escuchar su voz reprochando sus impulsos, no eran nada, y no lo serían nunca gracias a esa último discusión.

Estuvo a punto de marcar el botón de ignorar, pero la llamada se cortó y casi de manera instantánea un mensaje apareció, era ella.

W: ¿Dónde estás?

W: ¿Enid?

W: No tengo tiempo para esto

W: Responde ahora o juro que romperé la guitarra que dejaste aquí el otro día

E: ¿Qué quieres Merlina?

W: Dónde estás


Enid dudó, ¿por qué tenía que decirle dónde estaba? Era un capricho, sabía que era un capricho, una voz en su cabeza le decía que la bloqueara y siguiera caminando.


E: Creí que no querías verme

W: ¿Dónde estás?

E: ¿Es todo lo que vas a seguir preguntando? ¿Me vas a venir a buscar o algo?

W: ¡MALDITA SEA ENID SINO FUERA TAN IMPORTANTE NO TE ESTARÍA PREGUNTANDO!

E: [El usuario a compartido su ubicación]

W: Quédate ahí


- Mandona... -mumuró molesta- "si no fuera tan importante no te estaría preguntando" -la imitó cruzándose de brazos- ugh a veces eres tan... 

No pudo terminar la frase, el breve arrebato de ira empezaba a disiparse cuando su cabeza reaccionó, Merlina venía, después de lo último que se dijeron... incómodo.


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Merlina y Enid se hallaban sentadas la una frente la otra en la sala de la primera, el extraño silencio no duró mucho cuando la pelinegra decidió que era momento de afrontar la realidad. 

- Me acosté con él -soltó casi escupiendo las palabras- 

- ¿Por qué me estás diciendo esto?

- Porque necesitas saberlo, te dije que esto no funcionaría de la manera que tú querías, te advertí que esto -uso su indice para señalarse a si misma y a ella- no iría a ningún lado.

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Enid pasó sus manos por su rostro subiendo hasta su cabeza, lanzó un suspiro profundo y se quedó inclinada hacia adelante. ¿Qué le diría cuando la vería de nuevo? Y sobre todo, ¿por qué estaba tan desesperada por buscarla.

Los minutos corrían peligrosos y ella solo se dedicó a mirarlos perderse tras las manecillas de su reloj, sintió unos pasos acercarse, era extraño, durante el tiempo que se mantuvo ahí no vio pasar a una sola alma.

Jugando con el destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora