❛ ּ ۪un día dura tres otoños🍁 ּ ۪❜

17

Félix se encontraba tan nervioso, ya estaba a punto de terminar la historia que tanto se esforzó en hacer, claramente esta llevaba cada parte de él en su libro, no sabía con certeza cual sería el sentimiento que transmitiría durante y después de leerlo, la lluvia de emociones era nostálgico, su libro iba dedicado a ciertas personas que le hicieron aprender sobre aquello que es tan irreal. Así es Félix quería transmitir aquellas emociones que tanto le costaron en su momento... él menor ya quería dejar ir todo lo relacionado con su sufrimiento, él quería sanar, pero también quería aferrarse a lo que en verdad deseaba, pero allí se encontraba el caminando durante los pasillos del centro comercial, era un fin de semana y se había puesto de acuerdo con su equipo de trabajo para coordinar unos detalles finales para su libro.

Aunque todo el equipo iría sin embargo el Sr. Bang Chan y Sr. Lee Minho  no asistirían por un viaje de trabajo, su tarea era simple irían a Australia, Japón y Corea del sur para hacer un contrato a las librerías que puedan distribuir los libros de Félix a todos los rincones. Aunque tardarían como 2 semanas al estar viajando de país a otro lo cual era algo que animaba y desanimaba a el rubio sabiendo que su historia podría crecer aún más yendo a otros países; no obstante, hacía que estar lejos de Minho hiciera que lo extrañará, ahora sin su ausencia estaría un poco mal pues empezaba a darse cuenta de que tenía fuertes sentimientos hacia el mayor, sin embargo, Minho le había prometido comunicarse con el menor cuanto tuviera momentos libres.

El rubio ya había llegado a la cafetería en donde podrían resolver los últimos pendientes para la historia, como también de su lanzamiento de la misma, pero allí se encontraba el menor quien había entrado a la cafetería a primera vista era una cafetería muy bonita como también demasiado amplia, se notaba que era popular por el diseño que tenía la estructura del lugar; al poder tener una vista más amplia pudo observar como estaban sentadas Yuna y Danielle conversando, cuando una de ellas miro hacia mi dirección y al ver su expresión cambiar de una seria a una más alegre sonríe, al acercarme pude notar como Danielle lloraba, me senté a su lado y no pregunte solo me dispuse a darle mi apoyo con un abrazo. Me miró algo desconcertada al verla llorar, y cuando estuve cercano a ella obteniendo un abrazo de mi parte soltó una sonrisa.

— Dile — indicó Yuna quién miraba a la menor, mientras que recargaba su cabeza en su mano que está apoyando en la mesa del lugar.

— Decirme ¿Qué?, ¿Te sucedió algo? — Me separé un poco dedicando le una mirada confundida a lo que se referían.

— Lo que pasa es que me enamoré de alguien que no me ama de la misma manera que yo a esa persona — tenía la mirada perdida.

Félix por su parte no sabía cómo reaccionar, sabía lo que significaba, sabía concerteza de lo que trataba, ya lo había vívido y desde el punto de vista de la menor.

Flashback

El rubio se encontraba en su cama, tomando una almohada como su soporte emocional, su habitación se encontraba oscura, y se podría ver desde cierto punto lo mal que se encontraba el menor.

"Ya no quiero sentirme así"
"Ya no puedo evitarlo"
"Este sentimiento me carcome"
"¿Cómo pudo hacerme esto?"
"¿Cuál era su propósito de tratarme de tal manera?"
"Si tanto me amaba, ¿Cuál era la necesidad de lastimarme"
"No tenía el derecho"
"Y lo peor es que no puedo deshacer este sentimiento"

Una y mil cosas más pasaban por la mente del chico, ya su tristeza era enorme, no tenía nadie cercano, era el, su llanto y su oscura habitación, sus lágrimas recorrían por su rostro hasta caer en las suaves sábanas, por su ventana se podría percibir un poco de luz de la luna que chocaba a los ojos de Félix, por la fuerte luz tuvo que abrir sus ojos observando a su alrededor, no podría ver a lo lejano y lo único cercano era la almohada que tenía ente sus piernas y brazos allí pudo darse cuenta lo solo que está en ese momento, ¿A quien podía llamar?, Su padre no estaba cerca no a la ciudad, su madre estaba en Australia al igual que sus hermanas por otra parte estaba Changbin el cual solo era su guardaespaldas pero no tenía ninguna cercanía con el.

Sin darle tanta importancia a la nostalgia se sentó cómo pudo a un costado de la cama, miro hacia el suelo y pudo ver sus pantuflas de un programa de pollitos, sonrió un poco al ver la carita de éstos trato de ponérselos, se paró y se dirigió hacia el balcón que tenía en ese departamento, camino con las pocas ganas que tenía; podía sentir el dolor que pasaba por cada parte de su cuerpo, camino un poco más hasta llegar vió sus cortinas sin nada de movimiento pero al tomar el seguro para poder abrir la puerta de golpe las cortinas se levantaron por la fuerza del viento que venían hacia el, un viento rotundo choco con su delgado cuerpo sin duda había puesto su piel chinita.

Se abrazó a si mismo para luego salir poco a poco de su habitación hacia su balcón miro sorprendido el hermoso paisaje que le regalaba esa ciudad energética, la noche, el viento, las estrellas, las luces de los edificios; tomo las fuerzas que le quedaban y llevo sus manos hacia su pijama aparentando de están intentando agarrar fuerzas, cerró sus ojos, y respiró tranquilamente para luego gritar

— ¡MAAAAALDIIIIITOOOOO SEAAAAAS HWAAAANG HYUUUUUNJIIIIIIIIN! —

Fin del flashback

— Lo mejor que puedes hacer ahora Dani, es que debes concentrarte solo en ti, siendo así que esa persona no aporta nada bueno a tu vida linda, solo resta olvidarlo pequeña — sonrió cálidamente.
Danielle se dispuso a llorar, al menos esa tarde fue para consolar a la pequeña.