✞ ✞ BTS SECCIÓN DE TERROR 2✞ ✞

El nuevo vecino

Comenzaba amanecer cuando escuché un fuerte aleteo alejarse del techo de la casa, me asomé por la ventana para ver lo que era, pero no vi absolutamente nada.
No era la primera vez que escuchaba ese aleteo, parecía ser un ave bastante grande, lo extraño de todo era que siempre que escuchaba eso, la cocina amanecía echa un desastre, platos por el piso, el azúcar, frijoles, arroz, café, y todo aquello que sea comestible amanecía tirado en el piso, al principio creía que era algún mapache o gato callejero, que se metían en la cocina buscando que comer, ya que en la cocina había una ventana que tenía el vidrio roto, creía que era por ahí que entraban los animales, hasta que mi esposo la reparó.

Pero esa mañana la cocina volvió amanecer igual, todo tirado en el piso, solo que esta vez, encontré unas plumas negras y popó como si fuera de pollo encima de la estufa, y las empanadas que habían quedado de la cena estaban todas tiradas por el piso pero hechas pedacitos.
Esto es el colmo!!..le dije; a mi esposo, hay que buscar una solución a esto! Ya que no creo que esto sea normal, a mí esposo le causó risa escucharme decir aquello de que no era "normal" ya que yo no era persona creyente a la existencia de brujos y todo lo que tenga que ver con lo paranormal.

La verdad estaba intrigado, no encontraba una explicación lógica, en primera porque nunca escuchábamos ruidos durante la noche, ya que con todo el tiradero que amanecía en la cocina, era para que se escuchará algo, en segundo, no había manera de entrar a la casa ya que siempre cerramos puertas y ventanas durante la noche.

Es más lo único que siempre habíamos escuchado, era el fuerte aleteo alejarse al amanecer.

Lo que si me parecía muy extraño, fue que todo esto comenzó, cuando se mudó nuestro nuevo vecino, el era un chico muy raro siempre vestía de negro y mantenía su cabello ocultó bajo un manto o mantelina, y si alguien lo saludaba no respondía al saludo, tan solo se le quedaba mirando a uno, como si fuera un bicho raro.

Ese mismo día le llame a mi suegra, le conté todo lo que nos estaba ocurriendo, ya que ella si creía en brujería y todo esas cosas, creí que tal vez ella conocía alguien que supiera como protegernos, me dijo no te preocupes en la tarde llegó con alguien.

Ya en la tarde, llegó mi suegra con una anciana, desde el momento que ella entró a la casa dijo; aquí hay energía de magia negra, y comenzó a caminar en dirección a la cocina, por si las dudas me susurró mi suegra, no le conté nada, solo le comenté que los estaban molestando por las noches!.
Esta bien!! Le respondí.

Te desperdicia todos los alimentos verdad? Dijo la anciana, si!! Le respondí, me preguntó si había usado algún plato de la cocina, le dije que no, que desde que todo eso había comenzado no había usado la cocina, tan solo había limpiado todo, me dijo esta bien, muchachito has hecho lo correcto.

Bien dijo la anciana no hay mucho que hacer aquí, voy hacerles una protección para que no vuelva a entrar, el mañoso esa dijo la anciana, mi esposo y yo nos miramos pensando sobre quién hablaba, ella nos miró y dijo; es el vecino nuevo, el que viene a su casa, todo lo que hace es para hostigarlos, para que ustedes se vayan de aquí, a el no le agradan ustedes.
Comenzó haciendo una oración en otra lengua, y rocio agua bendita por toda la casa y también se rocio en el techo, claro que ahí tuvo que subirse mi esposo, luego saco un frasco como de perfume y nos rocio a mí esposo y a mí, vaya dijo la anciana ya estuvo, ya no va a poder entrar, ahora si quieren ustedes que el se vaya de aquí, vayan aún río y ahí donde vean que corre el agua tomen siete piedras rocienlas con agua bendita, y mientras lo hacen lean el salmo 91, cuando hayan terminado pongan las siete piedras en la esquina del terreno donde se encuentra la casa de ese chico y ya verán que a los siete días el se habrá ido.

Después de que la anciana nos hizo la protección, ya no volvió a suceder nada raro en la cocina.

Y siguiendo el consejo de la anciana, fuimos con mi esposo hasta un río, a buscar las siete piedras, hicimos lo que ella nos dijo, y adivinen quien se estaba mudando de casa, sí!! El nuevo vecino se estaba marchando de la zona.

Esto que nos ocurrió a mí esposo y a mí, es la muestra que no hay necesidad de hacerle mal a nadie, para caerles mal, de por sí ya hay personas con el alma podrida, y aún que yo no creía en estas cosas, ahora me doy cuenta que siempre debemos estar abiertos a creer, ya que nunca se sabe con que clase de persona nos vamos a encontrar en nuestra vida.