Hope Miller, la nueva protegida de Harry Potter, conoce al eterno enemigo de su mentor, al parecer la enemistad no sólo es con Harry, porque rápidamente Draco y Hope acaban detestando al otro...
Juraban odiarse al principio, pero...
Del amor al odio...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❝Christian Avery❞
•─: ∙:°:◦:∙•∙:◦:°:∙ :─•
Harry cerró la puerta de su auto y luego rodeó el vehículo para subir del lado del conductor, Hope le tendió su vaso con café y él sonrió al recibirlo.
–Te ves tenso, Harry–Comentó la menor antes de beber un trago de su café.
–Lo estoy, tenemos un problema–Su tono de voz demostró su preocupación–Al parecer tenemos una revuelta de ex-mortifagos en nuestras manos–Explicó.
–¿Revuelta?–Repitió la castaña a su lado–¿Van a reunirse o algo así?–
El Potter asintió y le señaló con la cabeza una carpeta en el asiento de atrás, ella se levantó y la tomó con dificultad para luego abrirla y leer su contenido, esto mientras seguía acostada en el asiento del copiloto.
–Fiesta de cumpleaños de Lord Avery–Leyó con algo de burla la ojiverde–Harry, cielo, esto es una fiesta de cumpleaños–Le informó.
–Fiesta cumpleaños de un ex-mortifago que va a invitar a otros ex-mortifagos, Lilianne–Corrigió el mayor como si fuera su mayor observación.
–Estás paranoico desde lo que pasó con los Wood y llevo casi un mes diciéndote que nadie va a atacar a tú familia–Tranquilizó la chica con una sonrisa.
–Algo va a pasar en esa reunión, lo presiento–Aseguró el mayor viendo su cicatriz a través del retrovisor.
La Miller suspiró y supo que debía apoyar la paranoia de su jefe o él acabaría molestándose con ella por no "entender" sus pensamientos "analíticos" sobre los mortífagos, como había sucedido hace una semana cuando le contaba una historia de su adolescencia.
–A mi nunca me invitarían a un lugar así–Continuó el Potter–Necesitamos conseguir una entrada y enviar a un infiltrado–Propuso para si mismo.
–Creo que yo podría ayudar con eso–Admitió la ojiverde con un tono más agudo de lo normal.
–Te escucho, Lilianne–Aceptó el de gafas con una media sonrisa.
–Tengo un viejo... digamos amigo–Empezó ella con algo de nervios.
–¿Te acostaste con él?–Interrumpió el mayor con una mueca.
