Hope Miller, la nueva protegida de Harry Potter, conoce al eterno enemigo de su mentor, al parecer la enemistad no sólo es con Harry, porque rápidamente Draco y Hope acaban detestando al otro...
Juraban odiarse al principio, pero...
Del amor al odio...
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❝Grupo Potter❞
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Al dar un cuarto para las cuatro Hope se levantó de su escritorio dispuesta a ir a su casillero para tomar su ropa de misión, el uniforme negro y azul de los aurores, y así estar lista para su primera misión como sub-jefa de misiones antes que los demás.
Claro que su objetivo se vio frustrado cuando caminaba por el pasillo hacia el baño y se encontró cara a cara con Draco Malfoy, el hombre al que había besado sin parar por una hora en un callejón oscuro ayer por la noche.
–Buenas tardes Hope–Saludó el rubio con una sonrisa divertida por la expresión que ella había puesto al verlo–¿Te sorprende verme?–
–Buenas tardes señor Malfoy–Dijo ella luego de unos segundos–La verdad no esperaba encontrarlo en el ministerio–
–¿Ya vuelvo a ser el señor Malfoy? Creí que después de besarme anoche seguiría siendo Draco–Se burló el mayor.
El rostro de la Miller se sonrojó de inmediato y casi quiso correr al baño para que nadie la vea así, claro que estaba avergonzada ¡Había besado a ese hombre que juraba odiar y es el enemigo jurado de su jefe desde los 11 años!
–En público y en especial en mi trabajo seguirá siendo el señor Malfoy–Se justificó la Miller.
–Me gusta más cuando me dices Draco, la verdad–Siguió el rubio–¿Nadie le ha dicho que tiene una mordida en la barbilla?–Preguntó volviendo a su tono formal.
La castaña cubrió de inmediato la mordida en su barbilla, que obviamente había notado esa mañana y había cubierto con un hechizo que no sirvió para nada.
–¿Nadie le ha dicho que ese corte en su labio debería revisarlo?–Contestó ella volviendo a caminar, pero él la siguió.
–La chica que me besó anoche se excedió un poco, pero me di cuenta que no le puedo decir que no fácilmente–Explicó el rubio divertido por su juego.
–O tal vez no quería decir que no ¿Pensó en eso?–Se burló la ojiverde.
–Nunca dije que quisiera decirle que no–Recordó el ojigris sin perder su diversión.
