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Jadeó sorprendido cuando un vaso de cartón se interpuso entre él y su celular, volteó hacia arriba y se encontró con cierto profesor de cabellos miel. Normalmente sus ojos lucían inexpresivos, esta vez también estaban algo llorosos. La mitad de su rostro estaba cubierta por un cubrebocas negro. Le dió gracia en que con y sin cubrebocas su expresión se viera igual. Siempre se veía estoico, por lo que la ausencia de su boca no era un gran impacto al gesto de su rostro. Lo escuchó sorber la nariz y aclararse la garganta de tal forma que intentó ser disimulado.

— ¿Enfermó? —recibió el vaso con algo de duda.

— Dormí con el cabello húmedo —explicó con una versión un poco alejada de la realidad—. Noté que ahora no trajo su termo —cambió la conversación, incómodo por los recuerdos de la noche anterior y su pequeña escena en su estudio.

— Lo olvidé —sonrió y le agradeció cortamente por su atención. Percibió un pequeño cambio en la expresión de sus ojos por un efímero instante.— ¿Algo más? —preguntó al verlo quieto frente a él, balanceándose en sus pies cual chiquillo aburrido.

— ¿Tiene algo que hacer saliendo de clases? —se animó a preguntar cuando sus ojos amables le sonrieron.

— Debo trabajar.

— ¿A qué hora sale? —insistió un poco más. Necesitaba tenerlo frente a él y terminar esa pintura o volvería a tener otro episodio similar al de anoche por no lograr recordar hasta el mínimo detalle ni su esencia.

Ladeó la cabeza, confundido por la insistencia de encontrarse antes del fin de semana. Esperó alguna respuesta a sus dudas, en cambio el profesor continuó meciendose esperando a que contestara su pregunta—. No creo poder ir antes del fin de semana.

TaeHyung asintió y se marchó en seguida para no continuar insistiendo como quería hacer, le costaba trabajo aceptar las cosas cuando no marchaban de la manera que él quería. YoonGi suspiró sin comprender qué pasaba por la cabecita del profesor de fotografía. Sorbió del café humeante, agradeciendo la cafeína gratis que lo mantendría despierto por ese día.

— Espero no le incomode el profesor TaeHyung, hyung —intervino una simpática chica a su derecha, trabajó un par de veces con ella por lo que se tenían confianza de mantener amigables pláticas cortas—. Es autista, no suele hablar con personas muy seguido si no es para la clase de fotografía —explicó la menor, preocupada por que su mayor llegue a maltratar o burlarse del rubio como muchos hacían al escucharlo hablar y comportarse como robot o cuando hacía stimming* para mantenerse calmado—. Debe agradarle si le habla por elección propia —era cierto. Ni siquiera parecía muy contento de responder preguntas acerca de cosas de arte para platicar, se limitaba a darles clase y responder dudas. De ahí en más huía de ellos.

— ¿Cómo sabes eso? —la chica le contó que su hermano mayor era muy similar al profesor, no fue muy difícil atar cabos y descubrir que también formaba parte del espectro autista.

Por alguna razón le intrigaba más TaeHyung, comprendía ahora un par de cosas acerca de él, en especial su inexpresividad la mayor parte del tiempo. Normalmente hacían ver a las personas autistas como genios matemáticos, deseaba ver su trabajo con más razón, seguramente debía ser tan brillante como cualquiera de los genios artísticos populares del pasado. ¿Pensaba de forma estereotípica? Un poco. Pero no se equivocaba en este caso, el arte de TaeHyung sí tenía algo que te atrapaba, mas no era para cualquiera. Durante clase se quedó pensando en el profesor de cabellos miel, algo en él le llamaba la atención, no mentiría. Nunca se relacionó con alguien con TEA*, desconocía la forma en que afectaba la vida de una persona.

Tuvo un par de módulos libres por una clase que se canceló y una extra gracias a la hora de descanso. La curiosidad le ganó, terminó preguntando a un par de estudiantes por el salón donde TaeHyung impartía su clase y nadie supo responderle hasta que se encontró a un jóven para el que modeló el semestre pasado y él lo guío personalmente hasta el aula. Entró en silencio cuando escuchó que estaba impartiendo clase. Tomó asiento en la parte trasera junto a la puerta, no era un salón grande, no le sorprendió que el profesor se diera cuenta de su interrupción. Vió la presentación, se le hacía conocido el término de apertura, pero no entendía nada de lo que decía. Se ponía nervioso por la cantidad de veces que volteaba en su dirección.

Take me |TaeGi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora