06

45 14 1
                                    

Hace un par semanas sucedió el incidente en el centro de la ciudad. YoonGi no fue capaz de enfrentarlo y preguntar todas sus dudas, tuvo la oportunidad cientos de veces, incluso podría hacerlo en ese instante, pero se acobardaba al pensar que TaeHyung podía incomodarse y lo perdiera. JungKook se distanció al darse cuenta que cada que iba a buscarlo, él y el profesor de fotografía estaban juntos. El menor se entristeció al pensar que finalmente su mayor encontró a alguien y que, realmente, él nunca tuvo una oportunidad. Ahí estaba YoonGi, recostado en la alfombra a la mitad de la sala de TaeHyung, miraba el techo esperando a que el menor regresara de su habitación. Se sentía de nuevo como un adolescente, esa era de sus cosas favoritas de estar con TaeHyung, no tenía que hacerse responsable por los dos. Era fácil ignorar sus responsabilidades y disfrutar del tiempo, algo que no hacía hace mucho.

— ¿Quiere salir o nos quedamos aquí? —la voz grave interrumpió sus pensamientos, se sentó a su lado con las piernas cruzadas y un cuaderno en sus piernas.

— Tengo que ir a trabajar en dos horas, mejor nos quedamos aquí —pidió, necesitaba descansar un poco antes de ir a su segundo turno del día.

Pasar las tardes en casa de TaeHyung se volvió algo natural en poco tiempo, al inicio fue algo incómodo al sentir que invadía su espacio y él estaba fuera de lugar, pero el menor pronto lo hizo sentirse como en casa y tuvo la confianza de pasar tiempo con él. La parte favorita de ambos era poder estar en silencio con el contrario, no hacía falta estar hablando todo el tiempo para evitar incomodidad, no había. Veían películas, escuchaban música o, lo más común, YoonGi dormía mientras el menor cuidaba que no se le hiciera tarde para ir a trabajar. De todas esas ocasiones, TaeHyung se llenó de dibujos sencillos del mayor durmiendo en distintas posiciones y ropa, le gustaba mucho dibujarlo.

— ¿Pedimos algo de comer? —preguntó entretenido por el rubio garabateando en la hoja blanca. Guardó algo de dinero durante la semana para poder ordenar algo de comida y él pagar.

— ¿Qué quiere? —no tenía hambre, de hecho, nunca tenía hambre. Esa era una sensación poco conocida, comía porque sabe que debe hacerlo, mas nunca ha sentido la necesidad—. Tenga —dejó su boceto para darle su celular a YoonGi para que revisara la comida a través de la aplicación. Aprovechó para alterar el boceto y añadirle el celular, feliz de tener otra pose—. ¿Encontró algo? —recibió de regreso el celular y añadió lo que él quería antes de mandar el pedido.

— ¿Cuánto fue? —sacó su billetera del bolsillo trasero de su pantalón.

— Tres besos —ni siquiera levantó la mirada de su dibujo.

— No diga tonterías —regañó YoonGi. Tenía un problema con TaeHyung y el dinero desde hace el excesivo pago que no le recibió de vuelta, todo el tiempo quería pagar él, por esa razón no aceptaba nada a menos de querer discutir hasta que acepte.

— De acuerdo —lo miró a los ojos y con la seriedad que lo caracterizaba se corrigió:—. Cinco besos.

Dejó de lado el dibujo casi finalizado y se abalanzó hacia él, dispuesto a cobrarle en ese momento. YoonGi le puso la mano en la cara para mantenerlo alejado, no lo dejaría salirse con la suya. Perdió toda seriedad al sentir un besito en la palma de su mano y soltó una risita antes de quitar su mano. TaeHyung se recostó en su pecho mirando hacia arriba, se dispuso a jugar con una de sus manos, memorizando los detalles, le gustaban los tonos rosados en sus nudillos, le recordaba a las figuras de porcelana.

— Préstame el celular —el menor ni siquiera lo dudó, YoonGi lo tenía comiendo de la palma de su mano sin saberlo. Revisó el costo de la comida para saber cuánto dejar en la barra antes de irse—. Casi llega —dijo para disimular.

Take me |TaeGi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora