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TaeHyung apretó su mano a unos pasos del auto, frenandose en seco cuando un hombre pasó a un par de metros de él. Comenzó a negar con la cabeza y a retroceder asustado hasta chocar con su propio auto, YoonGi no comprendió qué pasó para ponerlo de esa forma, buscó alrededor en busca de algún detonante porque, a juzgar de su forma de retroceder, estaba huyendo. Se las arregló para quitarle el saco y echarle aire con las manos cuando comenzó a hiperventilar. Tomó sus manos y las guió a su pecho para que sintiera su propia respiración, lo ayudó a recuperar un buen ritmo y se angustió al ver las lágrimas corriendo por su rostro cuando alzó la mirada. Secó sus mejillas y lo encerró en un abrazo sin hacer preguntas. En sus brazos lo notó calmarse poco a poco, acariciaba su espalda y murmuraba una melodía suave como si arrullara a un bebé.

— ¿Quieres irte, TaeHyungie? —lo dejó contra su pecho. YoonGi suspiró cuando no recibió respuesta más que un apretón que lo acercaba aún más.

— No, es el momento de avanzar en lo que debo hacer —a pesar de estár dispuesto a entrar, no soltó a YoonGi. Necesitando tenerlo cerca un rato más, porque dentro no podría verse débil ni un segundo—. No le des la mano a personas que yo no lo haga. No dejes que te toquen —advirtió con instinto protector, no dejaría que ninguno de esos imbéciles se acercara a su hyung.

Volvió a ponerse su saco mientras el mayor secaba su rostro y arreglaba su cabello. Entrelazó sus manos y se irguió mientras caminaba hacia la entrada, YoonGi se sorprendió al ver su completo cambio de personalidad con cambiar su postura y gesto. Entregaron la invitación a los hombres cuidando la entrada del evento, escanearon con la mirada al chico bajito al no estar incluído en la invitación y se rehusaron a dejarlo entrar. Sin decir ni una palabra ni pensarlo dos veces dió media vuelta para marcharse, nadie nunca lo reconocía al mantenerse medianamente anónimo y por eso solían volverse estúpidamente estrictos con él. TaeHyung no discutía, no era como si tuviera muchas ganas de asistir. Descendieron media escalera cuando la voz de un hombre llamando al fotógrafo para detener su paso llamó su atención.

— Señor Bae —hizo una corta reverencia para saludarlo.

— ¿Sucedió algo? —TaeHyung comentó que se retirarían porque los hombres en la entrada no les permitieron el paso. YoonGi alzó las cejas al verlo exagerar la situación, aún no se acostumbra al verlo tomar distintas personalidades según la persona con la que interactuaría. El hombre los escoltó dentro de la fiesta, reprendiendo a los guardias por no permitirles el paso—. Disculpa lo sucedido —el hombre hizo una ligera reverencia—. Mi hija se encuentra por algún lugar, espero se encuentren —se despidió dejándolos entrar por su cuenta.

YoonGi no preguntó nada a pesar de las dudas, el estómago se le retorció al verlo sonreír al escuchar que la hija de aquel hombre se encontraba en la fiesta. Intentó soltar la mano del menor, pero TaeHyung en respuesta cambió el agarre a su cintura.— Tengo que presentarte a JeongYeon —le susurró al oído y luego besó su sien, lo llevó hasta donde ella se encontraba. Recogió un par de copas de la charola de un mesero y le tendió una al mayor. Ella se encontraba con otra chica de su grupo alejadas de la multitud—. ¿Qué hago aquí, enana? —dijo picando su costado para llamar su atención.

— En serio viniste —la menor lo abrazó emocionada de ver un rostro familiar en la fiesta—. Creí que me ignorarías como a todos los demás.

— Eres mi familia, no lo haría —la regañó por pensar aquello. Acercó a YoonGi que retrocedió un poco, intimidado por la cantante—. Él es YoonGi, el hombre que me gusta —lo presentó con naturalidad—. Al parecer es tu fan.

La chica se saltó las formalidades y fue directamente a abrazarlo, haciéndolo sentir bienvenido en aquel lugar. JeongYeon presentó a su amiga y, de alguna forma, TaeHyung les tomó una foto juntos con su celular para que el mayor tuviera el recuerdo. Conversaron un rato, JeongYeon le contó bastantes anécdotas del rubio durante su infancia y preadolescencia, omitiendo las partes difíciles o restándole importancia a cosas realmente serias. El rubio estaba disfrutando por primera vez ir a uno de esos lugares, el ambiente familiar lo alejaba de la presión de todas las personas esperando a verlo.

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⏰ Última actualización: Jan 01 ⏰

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