código de chicas ଓ chaerji

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Tercer año de universidad. YeJi sonríe emocionada para sí misma mientras aprieta su colorido edredón y las sábanas contra su pecho, mientras sube los escalones de la entrada de su nueva habitación en su nueva casa de alquiler. YuNa y RyuJin habían sido sus compañeras de habitación en el primer y segundo año cuando estaban confinadas en los dormitorios de la universidad, y ahora que son libres de elegir sus propias viviendas, no pueden imaginar vivir separadas.

Después de una larga búsqueda de una casa con una proporción adecuada de dormitorios y baños para tres chicas universitarias, finalmente se decidieron por una casa grande con cuatro dormitorios y tres baños. Luego vino la cuestión de quién ocuparía la cuarta habitación.

Consideraron seriamente usarlo como una segunda sala de estar, un estudio, o incluso una sala de baile (esa joya había sido idea de RyuJin) sin embargo, la propuesta de una renta más baja ganó, y pronto se encontraron buscando en Facebook una adición razonable a su hogar... No es que fueran quisquillosas, por decir, simplemente no querían terminar con un asesino de hachas o una dama loca por los gatos como su nueva compañera de cuarto.

La solución a su problema llegó cuando la prima de RyuJin decidió transferirse a su misma universidad para correr en el equipo de atletismo. Cuando RyuJin convenció a YuNa y YeJi de que su prima era una mujer perfectamente normal de veintiún años, y les prometió que sería ella quien compartiría el baño con la chica en cuestión, la decisión fue definitiva.

YeJi tiro su ropa de cama sobre el colchón que ocupaba la mayor parte de la pared trasera de la habitación principal (Había sacado la pajita larga cuando se trataba de elegir las habitaciones) y suspira cuando ve cuántas cajas aún tiene que desempacar... Puede escuchar a YuNa rompiendo cajas vacías en su habitación al otro lado del pasillo, y la extraña música dance fusion de RyuJin saliendo de su puerta abierta al otro lado de la casa. Su cuarta compañera de cuarto todavía está en camino, RyuJin le había asegurado antes, y sus padres habían llevado los muebles de su sobrina ese mismo día.

‹‹Es bueno finalmente estar en una casa›› piensa YeJi. Aunque ahora tienen que preocuparse por el cuidado del jardín y los servicios públicos, ya no tienen que preocuparse por mantener el ruido bajo por la noche y ahora tienen ropa sucia en su casa en lugar de bajar tres tramos de escaleras y un pasillo espeluznante como lo era en los apartamentos del campus en los que habían vivido el último semestre. Eso, y que sigue viviendo con sus dos mejores amigas.

YuNa y RyuJin probablemente conocen a YeJi mejor que su propia madre. No es que sea sorprendente. YeJi y su madre apenas pueden manejar una pequeña conversación tensa sin que se convierta en una discusión. La escuela secundaria había sido difícil, pero ahora sus compañeras de cuarto son su familia. YeJi solo espera que la mudanza de la prima de RyuJin no altere la dinámica que las tres chicas han construido en los últimos años. Ella sabe que RyuJin le ha dicho una y otra vez que su prima es un poco cerrada, pero realmente genial, sin embargo, YeJi no puede deshacerse de la imagen de esta nueva chica que llega a su vida y le roba a sus amigas y la deja sola nuevamente.

Hay un golpe en el marco de la puerta y YeJi levanta la vista desde donde está desempacando sus materiales de arte y ve a RyuJin sonriéndole.

—Hola Ryu, ¿Qué pasa?

RyuJin se encoge de hombros, se aventura más adentro de la habitación y se arroja sobre la cama deshecha de la pelinegra con mechones rosados, lo que hace que la pila de libros cuidadosamente organizada que YeJi había colocado allí antes se vuelque.

—Solo ando viendo como te va desempacando. Me cansé de poner ropa en perchas.

YeJi suspira por el desastre que RyuJin ha hecho con sus libros, pero se sienta a su lado de todos modos, sonriendo cuando la chica se mueve más cerca hasta que su cabeza está en el regazo de la más alta.