¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Iván no podía procesar lo que acababa de pasar.
Iba a darle su almuerzo como es costumbre a Rodrigo, hace unos meses el castaño probó su comida y dijo que sabía exquisita, y a partir de ahí Iván se esforzaba en las mañana para hacer el almuerzo de Rodrigo (aunque el mismo le haya dicho que no era necesario).
Al entregarle su almuerzo, sus manos se tocaron y Rodrigo depositó un suave beso en su mejilla mientras decía un suave "Gracias, Ivi. Te amo". Su cuerpo no reaccionó hasta que su amiga Samantha llegó a su lado, sacándolo de su ensoñación.
Durante la tarde Rodrigo no le había dicho nada sobre su almuerzo por lo que a la mañana siguiente estaba muy nervioso pues creía que no le había gustado su sabor.
Antes de que pudiera entregárselo Rodrigo corrió a sus brazos dando nuevamente un suave beso en ambas mejillas, agradeciéndole por el almuerzo y felicitando el de ayer.
Iván nuevamente no pudo procesar todo y se sintió mareado, era demasiado azúcar para su organismo, incluso sus manos estaban temblando.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
