Necesito azúcar, me darías el tuyo?

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Rodrigo estaba en su casa comiendo el almuerzo que le dió Iván, se había sentido mal de salud por lo que pidió permiso para regresar a su casa

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Rodrigo estaba en su casa comiendo el almuerzo que le dió Iván, se había sentido mal de salud por lo que pidió permiso para regresar a su casa. Se supone que iba a ver a Iván saliendo de la escuela porque este año les había tocado en salones diferentes y ahora no sería posible, tal vez tenía gripa.

Ahora estaba preocupado, si tenía gripa pudo haber contagiado a Iván, ¿Los besos en la mejilla podían ser suficiente para contagiarlo?

El timbre causo un sobresalto en su cuerpo, podía ser su mamá o su hermano que habían salido de compras. Pero no, frente a él estaba Iván con una bolsa de galletas en sus manos y 2 cafés con leche calientes. "Tomás me contó que te sentías mal y habías venido a tu casa ¿Por qué no me dijiste? ¿Puedo pasar? Hay aire frío afuera y te puede hacer daño"

Las mejillas de Rodrigo se rellenaron de un rosa pálido, no esperaba que alguien viniera a cuidarlo y menos Iván (que se notaba había corrido por lo empañado en sus lentes). Regularmente el era quién cuidaba y amaba a los demás, no es que el no recibiera estos tratos pero estaba mucho más acostumbrado a darlo.

Y en estos momentos necesitaba que alguien más le diera ese bonito sentimiento tan dulce, ¿Quién mejor que su amado Iván?

Y en estos momentos necesitaba que alguien más le diera ese bonito sentimiento tan dulce, ¿Quién mejor que su amado Iván?

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Love so sweetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora