05| Revistas...

349 50 18
                                    

En mi pecho seguía esa pequeña desconfianza en el chico

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En mi pecho seguía esa pequeña desconfianza en el chico. Incluso después de escuchar todas las estupideces que salían de su boca. Porque era la persona más habladora que he conocido. Cuando veía la oportunidad, parecia que soltaba lo que se le venía a la mente. Siento que extraño el silencio, pero me pongo a pensar que es mucho mejor esto a estar solo por los callejones oscuros. Lo que agradezco mucho, es que de todas las cosas que salían de su boca, ninguna se trató de mi intento de suicido, y eso me hacia pensar que él era una buena persona.

Pude darme cuenta de bastantes cosas mientras buscabamos lugares para tomar comida. Era bueno matando a los caminantes. El cuchillo grande que lleva era perfecto para clavarlo en sus cuellos y matarlos fácilmente, lo hacía ver tan fácil. Podías ver a simple vista que tenía experiencia. Me pregunto por cuánto tiempo ha estado solo, tal vez alguien le enseño como utilizar el cuchillo.

Tengo demasiadas preguntas sobre él, pero no me atrevo a preguntarle cada una de ellas. Siempre fui de tener demasiada curiosidad por muchas cosas y no pude evitar tener curiosidad después de que solo hablara de cualquier otra cosa menos sobre él, su familia o sobre su camino hasta aquí.

Aún así era muy confiado con solo conocernos por unas horas. Me trataba como su mejor amigo, como si nos conocieramos desde siempre. Algo de lo que me gustaría quejarme pero simplemente no puedo. De alguna manera me transmite su confianza y me hace sentir como si realmente fuera su amigo. Él es gracioso, divertido, hablador y parecía buena persona. Esa pequeña desconfianza está ahí por ser un desconocido, alguien que solo conocí hace una horas.

Mis pies dolían después de caminar por muchos minutos. Ibamos en camino a una tienda que según él, estaba cerca, pero ahora parece todo lo contrario. El sudor comenzaba a aparecer y hasta ahora, había olvidado que estaba sucio, tenía que acostumbrarme a esa incómoda sensación.

—Cuando lleguemos, tendremos que buscar si hay algo útil para matar. Si es alguna pistola, mucho mejor.–

Pistolas. Hace bastante no tomo una, todo lo aprendí gracias a Lonnie, y me gustaría no agradecer, pero en estos momentos es todo lo que puedo hacer.

—¿Sabes usarlas?– Pregunto expectante

Los pasos de los dos eran bajos, silenciosos y cuidadosos. Ibamos por la orilla de una calle, apretando fuertemente nuestras armas en caso de algún caminante cerca. Tenía el corazón acelerado por la oscuridad. El cielo se oscurecia cada vez más, la luna brillaba pero no brillaba lo suficiente para iluminar las calles por las que iban.

—No, desearía saber usarlas. Pero creo que sería muy eficiente con estos muertos si  aprendemos a usarlas.– Me contengo una risa por la manera en que Mike los apoda. Decirles muertos también es una buena manera de apodarlos, pero se siente mucho mejor diciendoles caminantes.

—Está bien, yo si sé usarlas. Por cierto, es mucho mejor si les dices caminantes.– Mike me sonrió mostrandome sus dientes casi perfectos. Él asiente, señalando estar de acuerdo conmigo.

Apocalypse - Byler [--]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora