Chapter XV: War is over.

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Ha pasado un buen tiempo, les recomiendo releer para que recuerden jeje.

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El olor de alcohol concentrado en las clínicas era desagradable para el olfato de Taehyung y la expresión tan amarga de Jungkook lo acongojaba a sobremanera, quería salir corriendo de allí, volver a la jaula y acostarse en la cama de cálidas sábanas junto al lobo para olvidarse de la realidad. Pero, aquello era imposible y sabía que debía de enfrentarse a la situación.

Apretó la mano de Jungkook, quien no se había movido del costado de la camilla desde que lo dejaron allí, mientras el enfermero revisaba su mandíbula. Por suerte no sufrió fracturas y los golpes sanarán con el tiempo, le colocó gasa en las heridas abiertas de la sien y le administró analgésicos para que pudiera lidiar con el dolor.

Seokjin lo observaba desde la puerta, su brazo también había sido tratado, Jungkook estuvo a punto de romperle el hueso, pero sus colmillos sólo llegaron a fisurarlo, así que una venda fue suficiente luego de desinfectar la herida.

Había ignorado al presidente todo ese rato, estaba concentrado sólo en apaciguar la ira que lo carcomía. Entendía la reacción tan agresiva de Jungkook, él también deseó ver al que lastimó al felino sufrir el mismo dolor, sin embargo su razonamiento era más fuerte y sabía que debía controlarse para no convertir aquello en un problema más grande de lo que ya era.

El chico que atendió a Taehyung se retiró, aliviado de escapar de la tensión que se sentía en esa habitación, Seokjin lo revisó por última vez para asegurarse que todo estuviera en orden, la sonrisa lastimera que el menor se esforzó en darle lo hizo apretar la mandíbula.

—Haré que castiguen a ese hombre —aseguró y acarició detrás de sus orejas con mucho cuidado de no generarle más dolor.

Taehyung solo asintió, la cantidad de analgésicos que le administraron lo adormeció y luchaba por no cerrar los ojos. Giró la cabeza hacia Jungkook y de igual forma intentó estirar los labios para que borrara ese semblante tan triste que estaba volviéndolo loco.

—Estoy bien —murmuró y con el pulgar acarició la mano que aún sostenía.

—Lo mataré. — Los ojos del lobo seguían encendidos en ese color dorado tan escalofriante, Taehyung quiso reír a pesar de que tenía claro que no estaba bromeando.

Dio la vuelta e intentó acurrucarse lo más cerca de Jungkook que le fuera posible sin importarle la presencia de Seokjin ni del mismísimo presidente, necesitaba tenerlo cerca para olvidarse del dolor y de la complicada situación que se había desatado.

Seokjin entendió que en ese momento sobraba en la habitación y luego de prometerle a Sooyun que ni bien el felino se durmiera se llevarían a Jungkook para charlar con él lo convenció de salir de ahí. Al escuchar la puerta cerrarse Taehyung tuvo más confianza para seguir hablando.

—No matarás a nadie —replicó somnoliento—. Obedecerás a Seokjin hyung, él sabrá que hacer para resolver esto.

Jungkook parecía querer contradecirlo, deseaba que ese humano pagase el daño que le causó, no le bastaba unos cuantos golpes para saciar la ira que le generó ver a Taehyung tirado, inconsciente por los golpes que quien se creía con el derecho de lastimarlo le proporcionó.

—No prometo nada —dijo reacio. Era suficiente ver los moretones en su rostro, las vendas manchadas de sangre y su boca hinchada rodeada de hematomas para que quisiera levantarse en ese preciso instante y buscar al culpable.

Taehyung pensó en una manera de distraerlo, el semblante de Jungkook daba bastante miedo. Recordó cierto detalle que Heena le había compartido y se acercó más a él. El pelinegro estaba de rodillas con los brazos cruzados apoyados en el colchón, Taehyung descansó la cabeza en ellos y lo miró con cierta gracia en sus ojos.

Hybrid Alpha 🐾 KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora