Capítulo 6

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El de bigotes la había llevado a un pequeño restaurante bastante lejos de casa esa noche, pero se sentía demasiado distraída como para relajarse.

-¿En serio está bien? Eso parece más que sólo cansancio, se ve incluso preocupada o triste.

-Si estoy bien, en serio sólo es estrés.

-¿Las personas allá no son amables con usted?

-Bueno no siempre caes bien en todos lados, hay gente con mucha experiencia que me ha ayudado a adaptarme, y gente que aún no me tolera del todo.

-Son puros envidiosos- explica Escanor- Se que tiene mucha capacidad, tanto o más que ellos.

-Gracias, siempre has sido tan amable conmigo.

-Supongo que no es el mejor momento para decirlo, pero en realidad yo estuve mucho tiempo enamorado de usted- Merlín abre los ojos, no es que fuera una sorpresa, básicamente era un secreto a voces, pero siempre se preguntó por qué Escanor nunca se lo dijo- No, no es necesario que ponga esa cara, yo... nunca le dije mis sentimientos, por qué sabía que no serían correspondidos y estaba bien con eso- se adelanta leyendo su expresión- Lo único que quería es que fuera feliz, y pensé que había finalmente encontrado a alguien que pudiera lograr lo que yo no pude, pero ahora...

-El problema no es él- suspira Merlín, no quería decir demasiado, pero también quería desahogarse aunque sea un poco- Es su padre y... una mujer con la que sus padres querían que se comprometiera, no he podido llevarme bien con ninguno de los dos y al menos desearía que él estuviera aquí, pero tengo que superar esto o básicamente les daré la razón que lo nuestro no va a funcionar.

-¿Tanto vale la pena?- pregunta con seriedad- No, no lo digo por poner en duda sus sentimientos, si lo eligió fue por algo, sólo no me gustaría que salga lastimada.

¿Lastimada? Como cuando pudo haber muerto en ese choque después de ver a Ginebra besar a Arthur frente a sus ojos, o como cuando lo extrañaba cada noche las últimas semanas. Una de las razones por la que no quería salir con nadie, era precisamente para no sufrir y sin embargo allí estaba, esperando que el pelinaranja volviera y que todos los días anteriores fueran solo un mal recuerdo.

-Si, lo vale- dice bajito, los ojos de Escanor le dedican una mirada entre cariño y tristeza- Lo siento, no debí decirte que vinieras, tú en especial...

-Está bien, está bien, me alegro que tuviera la confianza de contarme estás cosas, por encima de Meliodas y Elizabeth, se que sólo necesitaba un amigo esta noche y no me molesta estar aquí- dice mientras busca tomar una de sus manos- No puedo decirle algo más que la ayude, sólo espero que las cosas vayan mucho mejor, se merece ser feliz.

-Gracias- dice mientras sus ojos ámbar contienen un par de lágrimas.

***

El resto de días transcurren con tranquilidad, Arthur volvería finalmente y ella tenía todo el trabajo cubierto. Habían hablado por vídeo llamadas varias veces y le reportaba cada detalle de lo que pasaba en la oficina, omitiendo ciertos detalles.

Pero el pelinaranja era más intuitivo de lo que Merlín pensaba, notó como su humor había cambiado unos días atrás, parecía haber algo que no quería decirle, suponía que tenía que ver con su padre, aunque ella insistía que todo estaba bien.

Arthur y Nanashi alistan sus maletas en el aeropuerto, cuando su celular comienza a sonar y ve un mensaje de un número desconocido.

+¿Quieres saber lo que hace tu novia cuando no estás?

Levanta una ceja y abre la imagen, en ella Merlín estaba con uno de sus antiguos compañeros de oficina en un restaurante poco lujoso, parecían hablar y él le tomaba la mano. Arthur guarda el celular mientras siente un pequeño nudo en la garganta, ella no le había mencionado que salió con alguien y aunque no estaba seguro que la foto fuera reciente, o que todo se tratara de una broma, igual no puede evitar sentirse molesto durante todo el vuelo a casa. 

Chocolate (Historia de San Valentín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora