AMY
—...Y así fue como casi hago el ridículo frente a la sobrina del jefe, otra vez.
— Silver, te pedí que me pasaras las cajas de cereales que están por vencer, no que me cuentes lo que mejor sabes hacer frente a ella.
Ríe avergonzado alzando los hombros y haciendo por fin lo que debía. Suspira embobado y su mirada comienza a ser una soñadora, aquí empieza a comportarse como baboso.
Estoy en horario de trabajo, en el minimarket para ser exacta. Olvidé mencionar que el lugar está a dos cuadras y media del edificio en donde vivo. Silver es el chico que conocí aquí, y es un gran amigo. Nos comprendemos en la mayoría de cosas, su compañía es agradable y su sentido de humor e inocencia lo complementan a la perfección.
— Ella es la más bella. —me pasa un par de cajas.
— Lo sé. —las recibo y acomodo.
— Es una princesa inalcanzable. —lo hace de nuevo.
— Ajá.
— No hay en el mundo nadie como ella.
— Silver...
— Me tiene atrapado, no lo puedo evitar —suspira, yo sonrío.— No puedo escapar.
Dios santo, está tan enamorado que cuando empieza a hablar de ella no para, es peor que un loro. Tiene actitudes torpes cuando está cerca de ella y ni hablar de que no para de sonreír como bobo. Pero no lo juzgo, cuando veo pasar a Nicky me comporto igual.
— Oh Silver, eres un caso perdido. —suspiro al verlo cantar, ya se me hacían familiares esas frases.
— La más bella, desde que te vi no te dejo de pensar —usaba una botella como micrófono, está re viviendo la canción.— ¡Y cuando estoy dormido te vuelvo a soñar! ¡me tienes atrapado no puedo evitar, no puedo escapar!
Tuve que hacer unos acompañamientos a su karaoke para no dejar al pobre hacer el ridículo solo, por suerte nadie había entrado a la tienda. Luego del "espectáculo" ordenamos unas cosas que faltaban, teníamos unas pilas de cajas llenas de productos nuevos esperando a ser abiertas y colocarlos en sus lugares. Ya estábamos a punto de comenzar cuando la puerta se abre, alguien entra y lo supimos por el sonido de la campana que colgaba de esta.
— ¡Bienvenido al Big's Market! —saludo con entusiasmo para causar buena impresión al cliente.
— Awww Amy, tan alegre como siempre.
No puedo creerlo, no era un cliente, era alguien que Silver y yo conocíamos muy bien, esa voz era muy conocida, inconfundible para don torpe.
— Señorita Blaze, que alegría que nos visite hoy.
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𝑬𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒑𝒂𝒓𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝟓𝟏𝟐 | Sonamy
Jugendliteratur"El chico del apartamento 512, el que hace a mi pobre corazón saltar." Amy vive enamorada de aquel chico azul que ve pasar todos los días. Él es un buen tipo y de gran corazón, que posiblemente esconde grandes secretos. ¿Logrará Amy conquistar a su...