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Presente.

___.

Abrí los ojos lentamente al escuchar la alarma del celular sonar. Me levanté de la cama y me dirigí al baño para lavarme los dientes y limpiarme la cara. Al terminar fui directo a la cocina e hice mi desayuno.

En el transcurso de la mañana todo iba bien, pues era sábado y no tenía nada que hacer, más que estar acostada viendo alguna película mientras comía cualquier cosa.

Algo que mencionar es que luego de la preparatoria mis padres decidieron que debía entrara a la Universidad para que al terminarla empezara a trabajar junto a mi padre en la empresa, sin siquiera preguntarme si era lo que realmente yo quería, aunque no estaba tan mal, pues tenía que estar un año sin hacer realmente nada, más que ir entre semana durante tres horas para tomar asesorías con el Sr. Williams, ya que al siguiente año empezaría a trabajar.

...

Sentada en el sofá y cubierta con una manta rosa miraba atentamente una película en el televisor, esta trataba de un grupo de adolescentes que habían ido a un campamento de verano, pero que con el tiempo se habían dado cuenta de que no estaban solos, sino que había algo o alguien más.

Seguía viendo la película hasta que unos golpes en la puerta llamaron mi atención. Tomé el control con pereza y le puse pausa a la película para levantarme y dirigirme a la puerta para abrirla, encontrándome con Aidan, quien vestía unos pantalones de mezclilla junto a una camisa negra con delgadas líneas blancas, sin los primeros tres botones abrochados.

- Hola. - Saludó con una pequeña sonrisa en sus labios.

- ¿Cómo sabes dónde vivo? - Fue lo primero que pregunté frunciendo levemente las cejas, pues me parecía extraño que supiera, siendo que nunca antes se lo había mencionado.

- Tu padre. - Dijo, bajando ligeramente su mirada a mi pecho, el cual se encontraba cubierto por una delgada y pequeña blusa negra, la cual traspasaba todo. - ¿Me dejarás pasar? - Cuestionó, subiendo nuevamente su mirada a mis ojos mientras no quitaba esa sonrisa que amaba.

- Oh, sí. Lo siento. - Murmure, haciéndome a un lado para dejarlo pasar. Aidan entró junto a mí y empezamos a caminar en dirección al sofá, dónde minutos atrás me encontraba sentada. - ¿Sucedió algo en la empresa? - Pregunté, creyendo que había ido por eso.

- No he venido a hablar de la empresa, ___... - Dijo mi nombre tan suave que sin poder evitarlo me hizo sentir un revoltijo en el estómago. - Quería invitarte a cenar... -

- ¿Enserio? - Cuestione sin creerlo.

- Sí, pero veo que estabas viendo una película. -

- Oh, sí. Pero podemos verla juntos sí quieres, a penas voy por la mitad. - Murmure, sonriendo ligeramente.

Aidan asintió con la cabeza y se sentó a un lado mío para ponerle play a la película y así seguir viéndola. Los minutos pasaban y todo iba bien, hasta que sentí su mano acariciar mi muslo izquierdo, cosa que me hizo erizar la piel.

Trague saliva nerviosa y dejé de prestarle atención a la película desde ese momento. Miré de reojo a Gallagher, y este veía atentamente la televisión mientras seguía con su mano en mi muslo.

- Aidan... - Musité al sentir sus dedos deslizarse por debajo de la falda que traía puesta hasta llegar a mi intimidad.

- ¿Qué pasa linda? - Preguntó, poniéndole pausa para verme a la cara.

- T-tu mano. - Le dije torpemente.

- ¿Te molesta? - Alzó un ceja.

- No, bueno yo... - No me dejó terminar de hablar porque colocó su dedo pulgar sobre mis labios para luego sisear.

Pasó un mechón de cabello detrás de mi oreja y se fue acercando lentamente a mi rostro, haciéndome sentir nerviosa por la cercanía. Acarició mejilla izquierda y sin decir nada juntó sus labios a los míos en un dulce y delicado beso. Sus labios se movían al compás de los míos mientras con ambas manos acariciaba mi cintura y yo su cabello.

Me separe ligeramente de él y sonreí sin poder evitarlo, al igual que él, quien al instante me recostó en el sofá con suavidad, subiéndose sobre mí, sin dejar caer todo su peso.

Acercó de nuevo su rostro al mío y lamió mi labio inferior, haciéndome querer besarlo. Cerré los ojos y me dejé llevar por él, quien volvió a besarme para después adentrar su calidad lengua a mi cavidad bucal, provocando que una sensación de calor se adueñara de mí.





















Mariposa Traicionera | Aidan Gallagher『+16』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora