11

1K 82 3
                                    

Presente.

Aidan Gallagher.

Sujeté el inicio de la blusa blanca que traía puesta y la deslice lentamente por su cuerpo hacia arriba, luego de eso seguí con su sujetador, jeans y hasta terminar con sus bragas, dejándola totalmente desnuda frente a mis ojos. Sonreí ligeramente y acerqué mi boca a la suya para volver a besarla con intensidad.

Podía sentir como su saliva se mezclaba junto a la mía, mientras que con la yema de mis dedos acariciaba su cintura, sintiendo la calidez de su cuerpo.

Como; esa primera vez...

Me separe de su rostro y rápidamente me quite la camisa, para después acercarme a su cuello y comenzar a chuparlo y mordisquiarlo a mi antojo, bajando lentamente hasta sus senos, para después terminar en su intimidad.

Con ambas manos separe sus piernas, acerqué mi boca a su feminidad y sople sobre esta, haciéndola suspirar pesadamente.

Me acerqué de nuevo a su rostro y pude ver cómo me regalaba una linda sonrisa de labios cerrados, de esas que le daba a algunos, menos a mí. Pero, ¿Por qué lo hacía ahora? ¿Por qué no años atrás? ¿Por qué no cuando más la necesitaba?

Traté de restarle importancia y me reincorporé de nuevo, para así sacarme el cinto y bajarme los pantalones junto al bóxer qué tenía puesto, sacando antes que nada el condón que había en el bolsillo.

Me coloque entre sus piernas y abrí el pequeño sobrecito, sacando el condón y poniéndomelo rápidamente para alinear mi miembro erecto en su húmeda entrada.

Pero entonces la vi a los ojos, y el recuerdo de aquel día vino enseguida a mi mente. Ese día... En el que estuve con ella, sintiendo su cuerpo junto al mío, siendo uno solo, demostrándole cuanto la amaba...

Cerré los ojos unos instantes y sin decir nada entré de una sola estocada en su interior, haciendo que soltara un fuerte y largo gemido, el cual resonó por toda la sala.

La sujete con firmeza de la cintura y comencé a entrar y salir duramente de su interior, provocando que sus senos subieran y bajaran conforme a las embestidas que daba, cosa que me hizo sentir todavía más caliente.

___ pasó sus manos a mis mejillas y juntó nuestros labios, pero ahora en un beso más rápido y apasionado, como si de verdad me hubiera extrañado.

- Ah... Aidan. - Gimió, cerrando los ojos mientras echaba la cabeza hacia atrás.

Deslice mi manos a su senos, los pellizque y masaje, sin dejar de moverme. Podía sentir como nuestros cuerpos sudaban al unísono, mientras que aquella sala estaba llena de sus gemidos y mis gruñidos, junto al pequeño sonido que provocaba el sillón al moverse.

Minutos después tire de mi cabeza y pude sentir su interior apretar cada vez más mi miembro. Pero antes de poder llegar al climax detuve todo movimiento y la abrace por la espalda, para darnos la vuelta y quedar sentado sobre el sillón con ella sobre mí a horcajadas.

- Vamos linda, muevete. - Dije para darle un azote a su trasero.

Haciendo caso omiso comenzó a moverse en círculos, provocando que el placer volviera rápidamente a mí. - No te recordaba así. - Murmuró sonriente.

Acercó su boca a mi cuello y comenzó a chupar y succionar parte de el, subiendo lenta y sensualmente a mi mandíbula, para después terminar en mis labios, los cuales acarició con los suyos.

- La gente cambia. - Susurre sobre su boca.

Deslice mis manos a su cintura y con ayuda mía comenzó a dar pequeños saltos sobre mi pene, haciéndome soltar un gruñido por lo bajo.

- Espero que para mal no. - Murmuro, brincando con más fuerza para tomar entre sus manos sus senos y masajearlos frente a mí, dándome la mejor vista que pude haber tenido.

- Claro... - Gruñi y acerqué mi boca para lamer su pezón totalmente erecto. Tomé el otro con mi mano y lo pellizque, sintiendo al mismo tiempo su piel erizar.

Los segundos pasaban y con ello el placer en ambos aumentaba. Podía sentir como de nuevo sus paredes apretaban mi miembro y como este se ponía duro dentro de ella, dando a entender que pronto llegaríamos al orgasmo. Y asi fue, llegamos a nuestro deseado orgasmo, soltando un largo suspiro pesado.

Con la respiración agitada recargue la cabeza en el respaldo del sillón mientras que ella recargaba la suya en mi hombro, queriendo tratar de recuperar el aliento.

Tomé de la cintura a ___ y con ayuda mía se levantó, para después sacarme el condón, hacerle un nudo y ponerme el bóxer nuevamente. Sin decir nada fui al baño y lo tiré en el tacho de basura.

Al llegar nuevamente a la sala pude ver a ___, quien se encontraba sentada en el sillón con solo sus bragas y blusa puesta, mientras que jugaba con un mechón de su cabello en mi espera.

Se veía tan adorable...

Mariposa Traicionera | Aidan Gallagher『+16』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora