10 章

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Izuku tenía que irse en 15 minutos para poder llegar con anticipación a dónde se encontraría con su supervisora.

Tenían que discutir sobre los dos niños que llegaron de Otheon, al parecer la situacion era más complicada de lo esperado.

Afortunadamente la junta se modificaba a su horario de ese día, ya había dado sus clases a los niños, ya había ayudado con la comida de ese día, ya estaba bañado y arreglado, peinado y perfumado. Solo falta evadir a cualquiera de sus niños que se presentará en su camino, y eso por la simple razón de que nunca lo dejan irse no sin antes interrogarlo y suplicar para qué los llevará con el.

Tenía que ser silencioso, evitar a la mayor gente posible, e incluso a las chicas que en algunas ocasiones en vez de ayudarlo lo perjudican, lo saludaban y preguntaban a dónde iría casi gritando.

Esta vez no se confiaría.

Del clóset de su habitación tomo un abrigo largo y café, lo llevaba por si tardaba y la temperatura bajaba.
Camino a la puerta, y estando en ella solo la abrió un poco para cerciorarse de que nadie esté en el pasillo.
Cuando no vio ni un alma cerca salió de su cómoda con el mayor silencio que pudo. Camino despacio hasta las escaleras, se asomó por la pared, para su suerte las escaleras estaban desocupadas.

Sin perder tiempo comenzó a bajar, ya casi salía, estaba a mitad de su camino, antes de llegar al final de las escaleras se fijo si alguien lo podía ver al caminar hacia la puerta, seguía sin haber alguien.

Confundido y extrañado dejo de tener guardia, era extraño que ninguno de los pequeños estuviera jugando en las escaleras o en la sala principal. Además de eso, en esta casa nunca había silencio hasta la noche.

Miro a su alrededor mientras caminaba a la salida.

—Seguramente están en el patio trasero—

Sin darle mucha importancia salió de la casa con su abrigo en brazo.
Fue grande su sorpresa cuando vio a todos los pequeños y a sus cuidadoras afuera viendo el auto tan conocido por traer a más niños a la casa.

—¡Izu!—

El peliverde salió de sus pensamientos cuando el pequeño Iida se le acercó corriendo.

—¿Llegó un niño nuevo? Ese auto siempre los trae, ¿acaso se te olvidó? No nos arreglamos para recibirlo—

—Ou no no, no trajeron a nadie , todo lo contrario, se llevará a alguien—

—¡¿Llevarse?!—

El pecoso río bajo y le acaricio la cabeza para calmarlo.

—Me van a llevar a mi—

—¡¿A ti?!—

—Tengo que ir a una reunión, así que me harán el favor de llevarme—

Iida suspiro más tranquilo por la declaración, así que solo asintió.

—Nos veremos más tarde—

Iida miro a su cuidador, este carraspeo y llamo a sus compañeros.

—¡Oigan miren! ¡Un dragon!— señaló al cielo.

Al escucharlo todos miraron emocionado al cielo esperando ver al dichoso ser mágico con alas y escamas.

Iida vio como Izuku aprovecho su distracción y corrió al auto, donde abrió con velocidad la puerta y se adentro a el, pocos segundos después el automóvil arranco y salió por las grandes puertas del orfanato.

—No hay ningún dragon—

—Esperen, el carro ya se fue—

—¿Dónde esta Izuku?—

★Orfanato Midoriya★ •///•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora