capítulo cinco

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Julian no sabía que hacer, iban a caer los monos de sus amigos y lo iban a hacer pasar verguenza.

Sintió que el timbre sonaba varias veces seguidas y observó como Enzo aparecía para abrir.

- Eu, para, creo que se quienes son, ya abro yo. - dijo y se dirigió rapidamente a la entrada, no quería que lo primero que vean sea al turro celador del que les había hablado.

- Jaja, no creo. - dijo Enzo, soltando una risa nerviosa, si veían a Julian, lo iban a remil cargar y Lisandro se lo iba a sacar.

Desde afuera se escuchaba el bullicio de muchas voces hablando al mismo tiempo. Julian abrió rápidamente la puerta, con Enzo detrás. Se quedó duro cuando vio diez personas ruidosas, de las cuales cinco no conocía.

- HOLA JULIIII, MIRA ENCONTRÉ A MI TRANZA. - gritó Kun señalando a un chico con el pelo teñido que tenía rodeado por los hombros con su brazo.

- Eu, Licha, ¿por qué a mí no me dejas decir que vendes porro pero él si puede te puede decir tranza? - preguntó Nico a Lisandro.

Dios mio, fue lo único que pensaron los que estaban dentro de la casa.

- ¿Dónde está Pabloo? - preguntó Leandro sonriendo, se acercó a Enzo y lo agarró de los hombros. - Le quiero dar mi regalito. - y le guiñó un ojo. Julian no entendía nada, ¿era otro sobrino?

- Cerrá el orto, Paredes. Te vas a quedar afuera. - enojado, el morocho miró mal al bostero y le pegó un manotazo en la nuca.

- ¿Este es el que nos dijiste, Juli? - cuestionó Papu, refiriéndose a Enzo.

- Callate, Alejandro. La puta padre.

- Bueno, ¿se puede pasar o hay que traer la joda a la vereda? No tengo problema yo. - dijo Emiliano.

- Para un poco boludo como les vamos a meter tanta gente así de la nada, esperen que pregunte o sino chau chau y se van rajando. - le explicó Julian, lo último que quería era quedar mal con sus tíos.

- Daa, si son re buena onda ellos no como OTROS... - dijo De Paul, haciendo énfasis en la última palabra.

- Esperen acá afuera - Enzo se metió adentro con Julian - y tengan cuidado que a esta hora pasan unos que te sacan hasta las medias. - y les cerró la puerta.

- Nos van a matar. - dijo Julian.

En ese momento apareció la pareja que venía del patio, preguntaron a los chicos quien buscaba.

- ¿Quién era, chicos? - Aimar sacaba las ensaladas de la heladera.

Enzo y Julian no respondían, no sabían con qué cara mirar a sus tíos. Sin querer, habían hecho caer a todos sus amigos a la hora que no era, aquellos eran unos caradura que se colaban en todos los lados que pueden.

Los mayores miraron a ambos esperando respuesta, no la obtuvieron, por lo cual Lionel volvió a preguntar: - ¿Qué les pasa?

- Yyy nada, pasaron cosas... yyyy... cayeron los conchudos de mis amigos. - el que habló fue Enzo, rascándose la nuca y mirando a otro lado.

- Y los míos también... - dijo Julian. - Pero si hay que hecharlos no hay drama eh.

- Sí, son re molestos. - continuó el morocho.

- ¡Pero como van a molestar! - Pablo sonrió. - A mí me caen re bien ellos y ese amigo tuyo Enzo, ¿cómo era?, ah, Leandro.

- Por favor ni se te ocurra decir eso en frente de él, vos fingí que lo odias. - suplicó Enzo.

- Háganlos pasar, total hay lugar y comida de sobra, a Pablito siempre se le va la mano con eso. - dijo Scaloni, encogiéndose de hombros.

- Pero, ¿están seguros? ¿Corte cien por ciento seguros? Miren que les abrís la puerta y no hay vuelta atrás, hasta que amanezca no se van. -preguntó Julian, muy en serio.

- Sí, Jul. Ni que fueran unos exconvictos. - Aimar le restó importancia riendo y se dispuso a llevar la comida al patio junto a su marido.

Ambos jóvenes se miraron, Julian fue el primero en dirigirse a la entrada.

- Ya fue. - y volvió a abrir la puerta

Afuera, estaban todos en distintas situaciones; algunos sentados en el cordón de la vereda: Otamendi y Papu se estaban fumando un porro, Dibu y De Paul se estaban comiendo los chocolates que habían comprado para regalar, Kun y Leo charlaban, Leandro y Lauta estaban en el kiosco de enfrente comprando boludeces, Cuti y Licha pegados a un costado hablando. Los grupos habían pegado onda.

- ¡Apagá eso, Nicolás! No ves que estamos en una casa de familia, desubicado. - dijo Enzo señalándolo con la mano. Eran impresentables, si hubiera sabido que iba a pasar por esta situación, hubiera contactado a Los Simuladores, corta.

- Ya hablamos, dijeron que todo bien. Pero no se manden ninguna porfa. - Julian se hizo a un costado y los dejó pasar.

- Eeaa, se pusieron la 10 los tíos, menos mal que les traje este vinito, soy un re capo. - dijo Kun mientras levantaba la bolsa que contenía dicha bebida.

- Se tardaron una bandaa. Nos agarró hambre y nos comimos el regalo, voy a decir que fue su culpa. - Rodrigo indignado, señaló a Enzo y Julian.

En eso aparecieron Lautaro y Lean, que cruzaron la calle corriendo y casi los atropellan.

- Ja, lusers. Nosotros fuimos y les compramos gomitas. - Lauta le sacó la lengua a Dibu.

Pasaron todos al patio y fueron a saludar en filita a la pareja, felicitándolos y dando los regalos. Enzo cuidó que Paredes no se haga el vivo.

Se sentaron a comer, todos se llevaron bastante bien, aunque Kun y Licha ya se conocían por asuntos de negocio.
Se dieron cuenta que tenían el mismo humor pedorro.

Los sobrinos de los dueños de casa quedaron bastante tranquilos porque no se estaban mandando ninguna. Ahora había que ver qué pasaba en la joda.






























actualización despues d mil años!! mildis espero q les guste besos y voten porfavor estoy desesperadaignor3n

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actualización despues d mil años!! mildis
espero q les guste besos y voten porfavor estoy desesperada
ignor3n

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