Enzo cambia de oficio como de calzón y ahora consigue ejercer de celador en el jardín de infantes de su tío Aimar.
O donde Julian es maestro jardinero y el nuevo celador se lo quiere levantar.
Se fueron a acostar a las dos y media de la mañana, luego de que Kun se llevara puesta la puerta del baño y lo cagaran a pedo.
Julian y Enzo dormían en la parte de abajo de dos cuchetas continuas, con Leo y Rodri arriba, respectivamente.
Ambos estuvieron dando vueltas un rato hasta que notaron que ninguno podía dormir y se giraron quedando enfrentados.
—¿No te podés dormir?— preguntó el morocho.
—No, dormí una banda en el colectivo.— ambos sonrieron recordando la "siestita" que pegaron en el hombro del otro.
Enzo se volteó quedando boca arriba, le daba vergüenza lo que estaba por decir.
—Perdón por el tweet.— dijo.
Julian ya se había olvidado, por lo que dejó salir un sonido de confusión y un claro "¿Eh?".
—Eso del de la Full y activar, no sabía que te jodía. Bueno, aunque a mí también me molestaría porque cuando nos conocimos fuí re mandado y después nada.— continuó el morocho. —Pasa que cuando tengo que hacer algo con vos me da una re vergüenza quedar como pelotudo, no sé, me pones nervioso.— Julian no lo veía muy bien por la oscuridad de la habitación, pero Enzo estaba coloradísimo.
—A mí también me pasa a veces, pero no te pongas timidón conmigo, eh, me gusta que seas mandado. Speak now diría la Taylor.— bromeó el castaño y Enzo se empezó a reír.
—¿ALGUIEN DIJO LA TAYLOR?— se escuchó desde la tercera cucheta, Dibu tenía oído biónico cuando se trataba de la rubia (yo).
—Callate vos, insoportable. Me tenés la cabeza quemada, mirá lo que me hiciste decir.— le respondió Julian.
—Look what you made me do diría la Taylor.— dijo Enzo, con una pronunciación que mamita, murieron quinientas profes de inglés.
—JODEME QUE TE GUSTA TAYLOR, ENZURRI.— Emiliano se re metió en la conversación.
—Algo sé, mi hermana es re fan y siempre me habla de ella.— explicó.
—No sé como carajo empecé a escuchar a Enzo y Julian hablando sobre sentimientos para pasar al salame de Emiliano rompiendo las bolas con Taylor.— al parecer, Rodri no dormía y estaba al tanto de toda la conversación.
—Mal loco. Enzo, Juli, sigan que quiero escuchar el chusmerío y Dibu anda a dormir plis.— Leo estaba igual.
El único que roncaba era Kun.
—No hermano, la cortamos acá que me da vergüenza que me escuchen ustedes.— dijo Enzo.
—Pero no entendiste nada, locon. Speak now te dijo tu Lover.— Dibu volvió a hablar.
Julian y Enzo se sonrojaron.
—Basta Emiliano. Vámonos a dormir, listo con todo.— dijo el castaño y nadie volvió a hablar, siendo los ronquidos de Sergio la música de fondo.
°
A la mañana siguiente, se despertaron a las diez de la mañana porque debían hacer las compras y querían pasear un poco.
Se vistieron y salieron al pequeño centro del lugar, lo bueno era que podían hacer todo caminando y no necesitaban alquilar un auto a menos que quieran ir a la ciudad.
Primero fueron a desayunar a un pequeño café porque tenían una lija increíble y en la cabaña solo quedaban los panes duros de Lionel para la defensa ante posibles ataques de animales.
Pasearon un toque mirando vidrieras y vieron folletos sobre una feria de artesanos que habría a la noche, acordaron ir ya que ese día lo tenían desocupado. Al siguiente tenían un tour por algunos lugares del departamento.
En el supermercado se proveyeron de suministros para sobrevivir durante una semana (fideos, arroz, salchichas, unos palmitos para Licha que defendió a muerte) y alguna que otra boludez.
Al llegar de nuevo a la cabaña, se pusieron a ordenar las compras, dejando afuera lo que iban a usar para hacer el almuerzo.
Mientras Pablo y Ota (que aunque pareciera mentira, era buen cocinero) hacían los fideos y otros las ensaladas, los demás sacaban un mesón que había afuera para poner los platos, vasos y cubiertos. Acomodaron todo y cuando la comida estuvo lista almorzaron, después todos colaboraron en levantar la mesa, lavar los platos, secarlos y guardarlos.
Entre tanto, algunos se fueron a acostar un rato y otros se quedaron jugando a las cartas o charlando hasta que se hicieron las seis de la tarde y ya estando todos despiertos se empezaron a arreglar para ir al paseo del centro.
Llegando a la plaza donde estaba armada la feria, se dispersaron en grupitos. Enzo, que iba con Papu, Leo y su tío, vió en un puestito que vendía peluches personalizados, uno de Spiderman que le hizo acordar a alguien y no dudó en comprarlo para regalarselo a esa persona.
Volvió con los demás chicos, notando que estaban sumidos en una muy seria conversación.
—Pará, no entiendo, ¿por qué no puedo conseguir un ornitorrinco en el otorrinolaringólogo?— le preguntaba Papu a Lean, que lo miraba confundido.
—Porque nada que ver, chabón, el otorrino es el de los ojos, como el dentista.— le respondió el bostero, Ale asintió reflexivamente. Los otros parecían querer pegarse un tiro.
—¿De qué chota están hablando?— preguntó Enzo cuando terminó de escuchar el intercambio de palabras anterior.
—De que no sé cómo carajo me terminé relacionando con esta gente.— dijo Leo, todos rieron.
—¿Qué traes ahí? ¿Es para mí?— Cuti intentó alcanzar la bolsita que Enzo tenía en la mano, con el regalo para Julian.
Enzo la alejó rápidamente. —Tocate el culo. Que va a ser para vos, salame.
—Allá le están tocando el culo.— jodió. —Pero dale qué es.
—Un peluchito.
—¿Para quién?
—Para tu vieja.
—Desubicado que sos.
—Es para Julian.
—Ay que romanticooon. Creo que él te compró algo también por lo que me informa Licha, eh. Pegaste Sugar.— le dijo mientras le guiñaba un ojo y le pegaba un codazo despacito.
—Callate, tarado.— se hizo el desinteresado pero por dentro deseó con toda su alma que Julian le haya comprado algo, no por lo material, sino porque significaría que pensó en él, que algo lo hizo acordarse de él.
Sonrió un poco.
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HOLA COMO ESTÁN BUENAS NOCHES FELIZ 25 DE MAYO EL JUEVES ahre q tenia q ver
lo dejo ahí pq en el proximo van tuits! espero q les guste a mi medio q no m convence pero hay q cumplir
