Tulipanes Negros

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Música, alrededor de su habitación, haciendo tronar las ventanas con fuerza, tal y como lo estaba ahora su corazón. Durante varios días había estado pensando en lo que Xavier mencionó la ultima vez que se vieron. Sus ojos derramando decepción, era lo único que se repetía en su mente como un caset. 

La música instrumental llena de tristeza, era lo único que lograba animarla, por lo menos durante pequeños momentos. Hace días que se encontraba en la misma situación, era tan deprimente el escenario que, solamente lo hacía cuando Enid salía a besuquearse con su novio.  Ella le había preguntado varias veces, el porque de su actitud, pero nunca podría explicárselo, en su perspectiva era una postura demasiado patética.

Su madre estaría con una gran sonrisa, diciéndole que el enamorarse de alguien en su edad, era algo completamente mágico y normal. Pero ella no buscaba satisfacer a sus padres, ella buscaba ser distinta a todo el paradigma que había visto durante toda su vida. 

Ella no quería vivir un desamor nuevamente, lo más cercano lo había experimentado con Tyler. Y en cierta parte, le había provocado una incomodidad, una sensación que estaba segura que no quería volver a experimentar. Pero ese sentimiento crecía cuando pensaba en la ausencia del castaño de ojos verdes. 

Todo se sentía extraño, unas inmensas ganas de derrumbarse surgían de la nada. Y la mayoría de las veces , lo justificaba diciendo que eran las hormonas. Pero sea lo que sea, era algo que ella no podía controlar por si misma, aunque lo quisiera con mucho afán. 

La música se detuvo y el silencio abordo todo el espacio, los latidos de su corazón se abalanzaron, detonando en sus oídos. Aumentando la velocidad y provocando un nudo en su garganta. El nudo que ella conocía, como el detonante al ardor en sus ojos, y posteriormente, a retorcerse en su almohada hasta quedarse dormida. 

Era algo que ella nunca antes había sentido, y no le gustaba para nada. 

Se volteó en el colchón y asentó su cabeza sobre su brazo. Pudo captar la cámara que habían estado analizando aquel día. Desde ese entonces, no la había vuelto a tocar, simplemente la había dejado a un lado de sus escritos. No había tocado su maquina de escribir, porque aunque quisiera con muchas ansías, escribir sobre todo lo que estaba sintiendo en ese entonces; algo en su mente le decía que debía superar aquella etapa y no plasmar estos ridículos pensamientos en sus obras de arte.

Era increíble, se había dado cuenta de que su mayor enemiga, esa su propia mente. Sugestionándose cada acción o cada pensamiento. Había creado una personalidad tan definitiva y fuerte, que cualquier otro movimiento o alguna otra emoción, que nunca antes hubiera experimentado; era totalmente descartable para su cerebro. Era como sentir que todo el tiempo estaba haciendo algo mal, algo que no era parte de ella.

Suspiró y se levantó con los músculos cansados. No se había visto en un espejo, en realidad, poco le importaba su apariencia. Pero en está ocasión podía estar segura de que tenía un par de círculos alrededor de sus ojos, ya que no había dormido durante varias noches, y cuando lo hacía, se levantaba más cansada que antes. 

¿El amor provocaba eso? 

No recordaba ver a sus padres de esa forma. Odiaba verlos pegados la mayoría del tiempo, pero de lo poco que captaba, es que, eran felices, con sus ojos llenos de ilusión y pensamientos ridículos sobre el amor eterno. Nunca los había visto revolcarse sobre la cama, con el dolor entumeciendo cada miembro del cuerpo, o con ganas de llorar hasta por lo más mínimo. 

Suspiró y salió de su habitación con las piernas pesadas. Cualquiera que la viera en ese instante, la podría confundir con el mismísimo Crackstone. Y no le interesaba, podría cruzarse Xavier en ese momento, y lo único que haría sería golpearlo por traerle tanto estrés a su deslumbrante y oscura vida.

Tenebroso y Palpitante Amor 🖤🤍 MERLINA Y XAVIERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora