Una pieza de Ajedrez

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Estaba sosteniendo un microscopio en sus manos, artefacto liviano al momento de trabajar pero pesado al cargar con rapidez. Más aún cuando las personas llegaban a ser muy entrometidas. La historia corta era que, hace unos minutos había salido del oscuro invernadero, con un objeto prestado por unos momentos, lo necesitaba con urgencia e iba a darle el uso requerido. Obviamente ocultar esa cosa no era un trabajo sencillo, lo había guardado dentro de una caja negra, pero aún así, era tan grande que era difícil de ignorar a simple vista. Muchos de sus entrometidos compañeros, se pegaron a ella como sanguijuelas, a curiosear y meter sus narices en donde no les llamaban. 

Ella pudo desecharlos en segundos, pero aún así le fastidiaba tener que estar dando explicaciones. 

Giro la esquina del pasillo con pasos apresurados y abrió la puerta de su habitación. Se detuvo y rebotó nuevamente hacía la salida. Infortunadamente Enid y Ajax se encontraban, en una situación algo comprometedora, la imagen quedaría demasiado tiempo en su cabeza, para su mala suerte.  

- QUE MIERDA- soltó y se arrimó sobre la pared junto a la puerta. 

Escucho varios cuchicheos y pasos rápidos, de seguro apago la pequeña llama de pasión que se encontraba dentro de su habitación. Eso solo le provocó nauseas y por poco se le cayó la caja que traía en las manos. 

Del otro lado pudo ver de reojo que Xavier se estaba acercando. Con una sonrisa de oreja a oreja.

- Ey Merlina- se acercó hasta estar a su lado y le susurró en la oreja- conseguiste lo que necesitábamos.

- Convenientemente si- resopló y se irguió en su posición- pero acabo de ver una monstruosidad en mi habitación.

- ¿Qué?- frunció el ceño e hizo un ademan de querer acercarse hacía la puerta, pero ella lo detuvo. 

- NO- soltó con pánico- créeme no te dejará un lindo recuerdo.

- Pero.. ¿qué es lo que..- al momento de terminar su pregunta, fue interrumpido por dos personas algo alborotadas, que salían de la habitación con un par de rostros angelicales asomándose. Como si hubieran salido de la mismísima iglesia. 

- ¡Chicos! que emoción verlos- Enid se detuvo frente a ellos, y sujeto a Merlina de los hombros con algo de entusiasmo- ¡oh pero si es mi roomie favorita! ¡que gusto verte!

- En primer lugar, suéltame- dijo Merlina con los dientes apretados y entrecerró los ojos. Enid hizo caso como un resorte y se alejó unos pasos de ella- en segundo, nos acabamos de ver en la mañana, así que no hace falta fingir y en tercero, esto si tómalo como una advertencia.  

Se acercó a la rubia, tan solo siendo separadas por la gran caja negra, inhaló y exhaló con demasiada lentitud. No había considerado el gran peso que conllevaba sostener un microscopio en medio de una discusión. Los brazos le temblaban, pero soportaría el tiempo que sea necesario. 

Una de las posibilidades de aliviar su cansancio, sería lanzar la caja al par de cabezas que se encontraban frente a ella, personas que,  hace unos minutos, se encontraban satisfaciendo sus necesidades en frente de su mágica maquina de escribir. 

Sopesó esa grandiosa opción por unos largos segundos, pero al final terminó por realizar su típica amenaza. Después de aquella, nadie se atrevería a retarla nuevamente. 

- Si ustedes dos vuelven a utilizar mi habitación para hacer sus necesidades de adolescentes, no tendré otra alternativa que lanzarlos a los dos por el balcón de la habitación, en las penumbras de la noche, para que nadie pueda oírlos suplicar- sonrió levemente- y créanme cuando les digo que no estoy bromeando. Sé lo que estaban haciendo, así que no quieran engañarme. Pero ahora tendrán que buscar otro sitio para hacer.....eso. 

Tenebroso y Palpitante Amor 🖤🤍 MERLINA Y XAVIERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora