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Capitulo tres

Mia.

Debía comenzar con mi plan para ganar a Joaquín lo antes posible. Temía a que mi hermana me ganase de mano en la jugada, y que consiga a un chico antes que yo. Por más que Marizza siempre se niegue a aceptarlo, tiene un encanto natural, emana algo que atrae hasta al hombre más imposible, por más que ella no lo note. 

Yo, en cambio,  siento que toda la vida tuve que esforzarme para sobresalir. Si, me considero linda ¿pero con eso qué? hay miles de chicas lindas, yo sentía que debía ser aún mejor. No por nada estoy una vez por semana en la peluquería, me hago las uñas, las pestañas, cuido de mi rostro y compro los mejores maquillajes, siempre estoy a la moda, mi ropa siempre es envidiada, me esfuerzo día y noche en ser ese prototipo de mujer inalcanzable. 

Tal vez, me metí tanto en el personaje que realmente soy inalcanzable, tanto así que nunca pude enamorarme realmente, a mis dieciocho años aún no encontré a la persona que me haga sentir eso... ni siquiera algo parecido, lo más similar al amor para mí había sido Joaquín, pero él decidió jugar a dos puntas conmigo y con mi hermanastra. No se si es amor, pero no puedo descubrirlo si no tengo el camino libre para estar con él.

Él ya estaba en el amazonas, y yo ya estoy con mi plan en marcha. Por la mañana me junté con Felicitas y Victoria, son dos de mis mejores amigas y se que puedo confiar en ellas al cien por ciento para mi misión.

Fuimos a un bar a desayunar y aprovecharía para observar posibles parejas.
Pero al parecer los hombres de mi edad no madrugan, porque todos eran viejos.

—Entonces me pelee con mi hermana por Joaquín, e hicimos una apuesta— explique —La primera que consiga un novio lindo, con una buena personalidad y de lo posible ningún defecto, se queda con Joaquín—

—A ver si entendí bien— dijo Vico —¿Si te pones de novia con cualquier chico, vos te quedas con Joaquín? Eso no tiene mucho sentido, amiga—

—Exacto— sonreí —y si mi hermana consigue novio antes que yo, ella se queda con Joaquín... entonces, tengo que ponerme las pilas chicas, no quiero perder a ese bombón—

—¿Vas a enamorar a un chico solo por una apuesta?— preguntó Felicitas —Me parece un poco cruel—

—El fin justifica los medios — me encogí de hombros —Chicas, estamos hablando de Joaquín, no de cualquier chico ¡Es Joaquín! ustedes saben lo que el causa en mí—

—Pero el te esta engañando con tu propia hermana ¿por qué queres estar con el, Mia?— me dijo Victoria

—Él no me engaña, porque no somos novios, Joaquín es un hombre libre, que justamente cree estar interesado en dos hermanas... está confundido, nada más— baje la mirada —Pero yo sentí esa conexión entre nosotros y estoy segura de que él también la sintió, yo no estoy loca, siento que esto puede ser amor, solo necesito demostrarlo—

—Me parece una locura, Mia— aseguró Felicitas —Los hombres van y vienen pero una hermana es para toda la vida... ¡y vos te estas peleando con ella!—

—No estamos peleadas, aunque tampoco hablamos... Marizza me ignora— confesé —Pero cuando esto termine y yo me quede con Joaquín espero que ella lo supere, y que todo vuelva a la normalidad, solo necesito terminar con este estúpido desafío lo antes posible, no quiero estropear la relación con mi hermana, pero tampoco quiero perder al único hombre que causo algo real en mi—

—Estas loca— afirmó Vico —No hay otra explicación, Mia Colucci enloqueció—

—No les pido que me entiendan porque se que es imposible— dije —Lo único que necesito es que me ayuden a conseguir un chico para ganar mi apuesta, ustedes tienen que conocer a alguien... hay miles de hombres en este mundo, tiene que haber por lo menos uno que sea decente y este interesado en mi—

Se miraron confundida, como si analizarán que decirme. Luego de unos largos segundos en silencio Victoria por fin habló.

—Mi hermano Augusto se separo hace poco tiempo... no me agrada mucho, pero es una opción— se encogió de hombros

Augusto Paz era un tipo desagradable, creído y maleducado.
Jamás me agrado y a mis amigas tampoco, claro que el no era una opción, para nada.

—Yo tengo un primo, pero esta terminando la secundaria recién—agregó Felicitas —Es un poco mas chiquito que vos, pero es simpático—

No, no me sirven.

Nos quedamos en silencio, analizando la situación.

—¿Y si contratamos a alguien?— preguntó Victoria

—No chicas, yo quiero ganar en buena ley, necesito demostrar que puedo conseguir un novio por mi propia cuenta—

Seguimos desayunando en silencio, analizando cada detalle de la situación.

Pensé en cada hombre que conozco, pero ninguno es un candidato posible.

Volví a la realidad cuando un ramo de flores se poso frente a mí, como por arte de magia.

—Para ti— dijo la voz de un desconocido

Lo miré confundida, era castaño de ojos marrones, sonreía con timidez, esperando una respuesta.
Hice un escaneo completo.
Su vestimenta era... ¿Cómo decirlo sin ser clasista? Se notaba que era una persona de bajos recursos. También era muy lindo, eso no lo voy a negar.

Aclaro que no tengo nada en contra de las personas humildes, es solo que me llamó la atención que un chico de esa clase se me acerque, y con un ramo de flores.

—¿Mia?— me llamó Felicitas, esperando que le responda algo al chico en cuestión

Yo le sonreí, era obvio lo que estaba sucediendo.

—Si, perdón— dije, tomé mi bolso y rápidamente saque dinero de él —¿Con esto esta bien?— pregunté extendiéndole los billetes al castaño

—¿Qué?— frunció el ceño, confundido —No, no... en realidad...—

Saque un billete más, sabía que era demasiado costoso para ser solo un ramo de flores, pero se notaba que el realmente necesitaba el dinero.

Nuevamente se lo extendí, mientras tomaba las flores.

—Quédate con el vuelto, en serio— sonreí —gracias, que tengas lindo día—

—Pero yo no...— trató de hablar

Sabía que el pobre chico iba a querer darme el dinero que sobraba, pero parecía tan agradable que hasta sentí pena por él. Quien sabe hace cuantos días no come, o si tiene que pagar alguna renta... o tal vez tenga hijos para mantener, una nunca sabe la situación de los demás.

Un chico tan lindo no debería estar atravesando un momento tan complicado.

—En serio, esta bien así, no te preocupes— sonreí —Adiós, espero que consigas vender muchos—

—Adiós— dijo luego de dar un largo suspiro, salió del bar lo más rápido posible.

—Pobre, seguro este era el único ramo que pudo vender hoy— suspiré, observando como se iba — Ojalá consiga comer algo... se nota que esta avergonzado, aunque no debería, todos podemos pasar por un mal momento—

—Mia ¿Es una broma?— preguntó Vico, a punto de reírse

—No me mires así, el pobre chico estaba trabajando, es lo menos que podía hacer por el— me quejé —Ojalá pudiera darle más—

—Te lo estaba regalando, tarada— dijo Felicitas entre risas —Ese chico trataba de conquistarte—

—No lo creo, el me lo hubiera dicho— fruncí el ceño —Estaba vendiendo flores ¿no?—

—¡No lo dejaste hablar!— gritó Victoria entre risas —¿Cómo queres conseguir un novio? Si vas a reaccionar así cada vez que intenten coquetear con vos creo que tu hermana va a ganar la apuesta—

Mire por la ventana hacia afuera, al chico de las flores.

Ese lindo castaño caminaba por las calles con tranquilidad, no llevaba una canasta de flores como yo creía que iba a tener.
Seguramente me vendió el último ramo que tenia.

Si, debe ser eso.

Pero no podía enfocarme en él, ahora tenía que pensar de dónde voy a sacar un novio.

Como amar a un simio azteca- MinuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora