Capitulo diez.
Mia.
Desperté luego de haber dormido pocas horas, había pasado casi toda la noche en mi auto, dando vueltas por la ciudad, buscando a mi hermana, quien se había escapado de casa. Mi padre hacía lo mismo, pero desde su propio auto, mientras que Sonia se quedo en casa, llamando a hospitales, comisarias, o a cualquier lugar que nos pueda dar información de ella.
No nos dejaron hacer la denuncia, dijeron que tienen que pasar 24 horas desde su desaparición.
La llamé, una y otra vez, pero luego de un rato, su teléfono figuraba apagado.
Recién a eso de las seis de la mañana nos tranquilizamos, cuando una amiga de mamá dijo que vio el auto de mi hermana estacionado frente a un edificio, supusimos que se había quedado en casa de alguna amiga. Por lo menos, nada malo le había pasado.
Me dormí a las seis y me desperté a las ocho, Manuel vendría a casa para ayudarme con unos papeles y debía seguir con mi vida normal, por más que todo se esté complicando ahora mismo.
Tenía una llamada en mi celular, de Pilar, la mejor amiga de mi hermanastra, la atendí de inmediato.
—Hola, Pilar— dije al teléfono
—Mia, perdón la hora— me respondió —Me desperté y vi todos los mensajes que me dejo Marizza anoche, quería avisarte que ella esta bien, se está quedando en casa de una persona de confianza, por favor no le digas que te dije—
—¿Hablaste con ella?— pregunté de inmediato
—No, la llamó pero no contesta— explicó —Pero la persona que está con ella me dijo que todo esta bien, no te preocupes, no hizo ninguna locura, todo está bien, avisale a tu mamá—
—Gracias Pilar, en serio, no te imaginas lo preocupada que estaba— suspiré
—A penas pueda hablar con ella te aviso, pero quedate tranquila ¿si?— pidió —Tengo que colgar, me voy al trabajo... cuidate Mia, te quiero—
—Yo también, gracias— dije antes de cortar
Corrí a la habitación de mis padres, Sonia estaba en la cama, de espaldas a la puerta, llorando.
Me acerqué despacio y me senté junto a ella en la cama, acariciándole el cabello. Sentía su tristeza, su miedo, como si fueran míos. Sonia no era mi madre biológica, pero era lo más parecido a una mamá que tengo, por eso verla así, desmoronada, me rompía el corazón.
—Sonia— susurré —Marizza está bien, Pilar me dijo que se está quedando con alguien de confianza, no hizo ninguna locura... a penas sepa algo de ella me va a avisar—
Ella no dijo nada, solo asentía, pero sus lágrimas no cesaban. Me quedé allí, sosteniéndola, sin saber qué más hacer. No tenía sentido insistir en que todo iba a estar bien, porque, en el fondo, ni yo misma lo creía del todo. Marizza y yo éramos tan distintas, pero éramos familia, y el solo hecho de no saber dónde estaba me llenaba de angustia.
Unos minutos después, me levanté para ir a la cocina. Necesitaba hacer algo, cualquier cosa, para mantener mi mente ocupada. Empecé a preparar café, aunque no tenía hambre ni sed. El silencio en la casa era insoportable.
De repente, el timbre sonó. Casi dejé caer la taza de café de la sorpresa. Fui corriendo a la puerta, con la esperanza de encontrar a Marizza del otro lado, pero en su lugar, era Manuel.
—Hola, Mia— dijo —Tu padre me avisó que no estaría en casa, me dijo que tenía un problema familiar ¿esta todo bien? ¿puedo ayudar en algo?—
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Como amar a un simio azteca- Minuel
FanficLADO B || Cansada de que el amor no toque su puerta, Mia Colucci decide subirse a esta aventura para poder encontrarlo, cueste lo que cueste. ¿El fin justificara los medios?