Como amar a un simio azteca- Minuel

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Primer capitulo

Narrado por Mia.

Estaba ansiosa esperando la noticia que tenía mi hermana, llevaba un largo tiempo dando vueltas. No se atrevía a contarme. Yo tenía el presentimiento de que mi hermana estaba enamorada, la conozco como a la palma de mi mano, se descifrar a Marizza más que a cualquier otra persona. 

Cada año tiene su enamoramiento platónico, y por más que siempre utilice las mismas dos palabras, yo siempre reacciono con el mismo entusiasmo.

—¡Anda al grano, Marizza! — pedí desesperada

—Estoy enamorada— soltó de repente

Ambas estábamos en su cuarto, sentadas en la cama.
A penas me contó lo que ocurrió no pude evitar gritar hasta dejar sordo a todo el barrio, ella también lo hizo, casi tanto como yo.

—Yo también estoy enamorada— dije aún más feliz 

—¡No lo puedo creer!— Marizza tomo mis manos —Las dos hermanas enamoradas, lo que siempre soñamos, Mia —

—¿Y quien te dice? Tal vez dentro de no mucho podamos salir vos y yo con nuestros chicos, lo manifestamos tanto y por fin se nos dio, Mar—

—¡Espera!— me frenó —Quiero ver una foto de el primer hombre que logró conquistar el corazón de mi persona favorita en el mundo... debe ser un modelito seguro—

—Él es perfecto— reí —Y yo quiero ver una foto de tu chico, por favorcito— supliqué—Mostrame vos primero, a mi me da vergüenza —

—Las miramos al mismo tiempo ¿si?—

Sonreí y rápidamente tome mi celular, de reojo note como ella hacia lo mismo, revise en mi galería un álbum donde tenia exclusivamente fotos del chico, el realmente me enloquecía. Era la primera vez que sentía algo así, mi corazón estallaba de amor por él.

Elegí una de él en un parque, sentía que era la que dejaba a la vista cada detalle de su ser, desde su rostro hasta su esencia.

Joaquín Arias Parrondo, el chico con el que siempre soñé.
Mi verdadero príncipe azul.
El primer chico que lograba hacer que yo realmente sienta algo.
El no era un trofeo, esta vez realmente es amor.

Nunca antes había sentido esto, pero no quería dejar de sentirlo. Yo sentía que estaba enamorada de Joaquín.

—Listo— chille con alegría —Tengo la foto—

—También yo— respondió ella —las vemos a la cuenta de tres ¿si?—

—Esta bien— sonreí aun mas —Uno...—

—Dos...—

—¡Tres!— dijimos al mismo tiempo

Gire mi celular y ella el suyo.
Quedamos en un silencio incómodo. Yo no podía despegar los ojos de esa maldita foto.

La foto de Joaquín, en el parque, mi foto favorita de él estaba también en el celular de mi hermana.

En esa foto sus ojos claros resaltaban, sus mechones rubios se escapaban por su gorra azul, y los hoyuelos de sus cachetes cuando sonreía eran más evidentes. Joaquín era hermoso, y al parecer yo no era la única que lo había notado.

—¿Esto es un chiste?— pregunté luego de unos segundos

Esperaba que así sea, que todo sea una de las tantas bromas que me juega mi hermana. Deseaba que se haya enterado, que esto sea un chiste de mal gusto. No quería creerlo.

—Yo estoy enamorada de Joaquín— aseguró

Mi corazón estalló en mil pedacitos al oír su confesión. Yo no quería creerle.