O N E - S H O T S

Animal - Sir Chloe

- ¡DAME ESO!

- ¡No!

- Te lo estoy pidiendo amable, ¡dame lo que quiero!

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Gustabo, 5 años.

- Cariño, ¿Estás listo? -pronunció a lo lejos una voz femenina.

- Si madre!

Luego de esa afirmación se oyeron pasos correteando y un niño azabache se acercó a la mayor ¿Y yo? Limpiando.

- ¿Nos vamos Jackie? -sonrió la mujer.

- Sí madre -dijo firme.

La mujer se giró y su ceño se frunció.

- ¡Jackie! ¿Aún no sabes peinarte? ¿Que voy a hacer contigo?

- Perdón madre, ahora me peino madre, no se preocupe.

En ese momento la mujer me miró.

- ¿Y tú qué? ¿No tienes trabajo canalla? ¡Venga a limpiar!

- Sí Señora. -me puse a barrer el suelo de manera àgil.

No recuerdo cómo llegué aquí, però he pasado por muchas tareas, he hecho de todo en esta casa, me la conozco toooodaaa y eso que es gigante.

El señorito vuelve a bajar peinado y se me quedó mirando, yo intento ocultar mi risa, con tanta gomina parece que le ha lamido la cabeza una vaca.

- Madre, ¿Quién es ese niño?

- És.... El hijo de Anna hijito.

- ¿Cómo se llama?

- Ehm... -me mira analizandome intentando recordar mi nombre.

- ¿Cómo te llamas? -dijo harto de esperar la respuesta de la señora mirándome.

- M-me llamo G-gustabo... C-con B Señorito -dije tímido.

- A partir de ahora eres mi amigo.

- ¿Su amigo? -dije confuso, aunque la mitad asesina de la Señora me quito toda confusión- Por supuesto Señorito, seré su amigo -nervioso.

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Jack, 15 años.

- ¿Cómo va todo Gus?

- Bien Señorito. -sonrió leve y siguió fregando.

- Estamos solos, puedes llamarme Jack.

- La Señora me tiene prohibido tutearle y llamarle por el nombre Señorito.

- Mi madre se llama... -Gustabo me cortó-

- Lucinda Fitzerald, lo sé muy bien Señorito.

- ¿Cómo te sabes su apellido y todo?

- Llevo más de diez años aquí, no busco la información, ella viene a mí Señorito.

- ¿Sabes algo de mi hermana?

- ¿De la Señorita Danielle? Sólo que está estudiando en el Reino Unido, nada más Señorito.

- Odio que me llames Señorito.

- Eso es mentira, es un mimado, "el número uno".

- Odio ser su número uno, és estresante.

- Le hacen comportarse cómo un animal.

- ¡Exacto! La verdadera mimada es Danielle, siempre que pide algo se lo dan para evitar que grite.

- Te lo pido pacíficamente, ¡Dame lo que quiero! -decimos a la vez y nos reímos levemente.

Gustabo niega mientras sonríe pero luego se le borra la sonrisa.

- Me gustaría salir contigo Gus. -suelta por fin.

Él me mira y sonríe de manera triste.

- Los ricachones no són mi tipo.. Señorito, además, de serlo (que lo són) no creo que Lucinda Fitzerald lo aprobase.

- Yo me encargaré de eso, tú sólo dame luz verde. Te daré lo que quieras.

- Genial, si puedes convencerla porqué no.

- Genial Gus.

Días más tarde.

- ¡Gustabo!

- Dígame Señora.

- Apartir de ahora serás el sirvente de mi hijo, satisfacerle será tu finalidad, sea lo que sea debes cumplirlo.

- Está bien señora.

El rubio subió a la habitación del contrario.

- ¿Cómo la has convencido?

- Le dije la verdad, que me gustabas y que quería explorar...

- ¿Cómo?

- És broma tonto, sólo le dije que el otro mayordomo ya estaba viejo y que no lo quería para mí, que tú serías mejor y luego de muuucho rogar lo conseguí.

- Ya veo, menudo pico de oro Señor.

- El pico de oro lo tienes tú Gus, y que ganas de hacerte gruñir por él como un animal.

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