Koby

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El vapor que eran producidas por las hirvientes ollas llenas de ricos alimentos se encerraban en aquel salón repleto de cocineros que corrían de un lado a otro con diferentes platos ya hechos.

La jovencita de cabellos (CC) terminaba de colocar con sumo cuidado algunos decorados al plato que iba dirigido a su contraalmirante Hina, esa mujer era muy estricta en cuanto al aspecto de sus alimentos y tenía que ser muy cuidadosa en que luzca elegante para no recibir algún tipo de regaño

—(TN), querida, hazme un favor, lleva estos platos hacia la oficina del almirante Sakazuki, nosotras nos encargaremos de la señorita Hina— una señora vestida de cocinera se dirigió a la joven

—¿al almirante de flota? ¿yo? —nerviosa apretó el cucharón contra su pecho, no le gustaba estar cerca de ese hombre— ¿Por qué tengo que ir yo?

—solo hazle caso a tus superiores— comento otra siendo un poco brusca

La joven simplemente apretó sus labios intimidada por las miradas que le daba sus superiores, no se opuso a la orden por miedo a ser despedida y agarró el pequeño carrito con alimentos para llevarlo a su destino

Mientras caminaba por los pasillos del cuartel general se mentalizaba en no entrar en una crisis de nervios cuando esté frente a ese hombre que imponía mucho, demasiado para su gusto. El más mínimo movimiento en falso, alguna palabra fuera de lugar e incluso alguna irregularidad de respiración estaba segura que ese hombre la carbonizaría al instante

—espero salir con vida— rogó internamente, preparándose para tocar la gran puerta donde seguro estaba el hombre de traje rojo, bueno, ahora blanco

Antes de que sus nudillos tocaran la madera de la puerta, esta se abrió instantáneamente para colocarse de frente un pecho masculino, (TN) quedo quieta un segundo para alzar la mirada con temor de encontrarse con los frívolos ojos del hombre de lava

—oh, señorita (TN) que gusto volver a verla

El dulce tono de voz junto con la sonrisa radiante del capitán de cabellos rosados provocó inmediatamente un leve sonrojo en las mejillas de la joven cocinera, no esperaba verlo en la oficina del almirante de flota, ni siquiera se había arreglado bien para estar más presentable

—Ca... capitán Koby-san, ya regresó de su misión— bajo la mirada mientras se acomodaba un mechón de cabello suelto— ¿no se encuentra herido? ¿desea que le sirvan algún aperitivo?

—no es necesario, estoy bien, solo vine para entregar el informe al almirante Sakazuki, mañana volveré con mi trabajo

—¿volverá a irse, tan pronto? — bajo la voz desanimada, no se sorprendía que casi nunca se encuentre en el cuartel general por la carga de trabajo que su rango le daba— le deseo un buen—

—¡oye muchacha, deja de estar perdiendo el tiempo y trae mi comida, que para eso se te paga! —la gruesa y gruñona voz del almirante de flota sobresalto a la joven

—ve, no te quito más tiempo— Koby le dedicó una última mirada de amabilidad para luego continuar con sus asuntos

(TN) no pudo siquiera despedirse bien, apresuró el paso temeroso de que la fundiera con su poder de fruta del diablo y depositó con cuidado los alimentos en el escritorio del mayor. Al menos ese día salió con vida de la oficina de Akainu y se encontró con el adorable capitán de cabellos rosados, fue un buen día para la joven cocinera

Las estrellas que decoraban bellamente el cielo nocturno detrás del cristal de la ventana que tenía la habitación femenina de las cocineras, permitía ver desde la cama a (TN) un espectáculo de varias constelaciones estelares, parecidos al día en que conoció al chico de cabellos rosados y la rescato de una posible venta de humanos

Deseos de One piece (One-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora