Witchcraft: El último aliento

Capítulo 13

Ross recorrió los laberínticos caminos de la universidad, siguiendo las indicaciones de los carteles. El despacho estaba en el mismo pasillo por el que éste caminaba, así que fue leyendo de puerta en puerta las pequeñas placas con los nombres de sus dueños.

Leyó el nombre cuando casi había llegado al final del pasillo. Ross había ido a buscar un profesor experto en instrumentos mágicos arcaicos, ya que era realmente por lo que había aceptado trabajar para el padre de Víctor. No era que le hubiese molestado salir de su casa, y poner algo de distancia con su familia, pero no era su razón principal. Solo había necesitado una excusa, y cuando José había acudido a él y le había ofrecido un puesto bajo su mando, a Ross no le había importado lo que tuviera que hacer.

Era por eso que Ross, aún después de un mes (había sido el primero en llegar), no tenía ni idea para lo que estaban allí. No era que hubiese preguntado, pero debido a la urgencia que había escuchado en la voz de José, sabía perfectamente que era algo importante. Sin embargo, mientras no interfiriera con sus propios planes, él haría lo que le pidieran.

Ross dio dos toques a la puerta hasta que oyó un "Adelante".

—¿Profesor Jesús Hernández López? —preguntó entrando y cerrando la puerta tras de sí.

—¿Usted es? —contestó éste. Ross se alegraba de haberlo encontrado allí, ya que aunque era el horario de su despacho, no muchos lo cumplían.

—Me llamo Dave Weber —dijo él—. Soy uno de sus alumnos, estoy de intercambio.

—Ah —El profesor lo miró con el ceño fruncido, pero no dijo nada. Ross había investigado y sus clases eran bastante grandes, con numerosos alumnos, así que realmente no se sorprendió cuando no reconoció la cara de uno de éstos—. ¿En qué puedo ayudarle?

—Estoy pensando el tema para mi trabajo de fin de grado, y he recordado que hace tiempo leí sobre un instrumento llamado " El Ouroboros", sin embargo, no sé muy bien dónde lo leí...

—¿El Ouroboros? —preguntó sorprendido—. El famoso creador de portales entre mundos.

—Exacto, ¿puede decirme algo sobre éste? ¿Dónde puedo encontrar información sobre él?

—Pues tienes suerte, he hecho trabajos sobre él, así que preguntas a la persona adecuada —Ross sonrió haciéndose el aliviado por tal información, como si no lo hubiese sabido antes—. Sin embargo, no está claro si El Ouroboros fue real o solo un mito, aún así se dice que el último lugar en el que estuvo fue en Londres. Aunque en mi opinión, es muy real.

—¿Y por qué lo cree?

—Bueno, se han encontrado cartas de la reina Catalina de Aragón escritas para su padre, sobre un instrumento que podía cambiarlo todo —indicó—. La reina no se fiaba de que su marido, Enrique VIII, lo usara como debía, y le dijo que se lo haría llevar de alguna manera. Ella lo llamó "la serpiente que se muerde la cola".

—Entonces cree que el Ouroboros llegó a manos de Fernando el católico —El profesor se encogió de hombros.

—Poco después de eso la reina Catalina estaba divorciada y repudiada por su marido... No creo que fuera solo por su deseo de tener un hijo varón —El profesor se reclinó en su silla—. Creo que fue la chispa que inició el fuego. La excusa para que el rey la repudiara y se casara con Ana Bolena... y con todas las posteriores.

—Pero eso pasó hace cientos de años, y no puedo ir a preguntarle a Fernando el católico —El profesor rió, dándole la razón.

—Te recomiendo el museo nacional de la magia —dijo.

—Pero solo tienen una réplica —debatió.

—Busca a Miranda González, es la que tiene la mejor documentación. Aunque solo sea una réplica... de algún lugar tuvieron que obtener la imagen para replicarla, ¿no? —Ross se cruzó de brazos, pero asintió. No tenía ninguna mejor idea.