Ya habían pasado las horas y el avión estaba por aterrizar, el chileno llegaba a tierras mexicanas, apenas era medio día y el sol estaba en su cumbre más alta. El calor era casi insoportable y esperaba llegar rápido a un lugar fresco.
— (Más vale que este weon esté aquí o me cago en toda.) — Pensó mientras bajaba del avión.
Su atuendo era particular entre la gente, siempre con esa sudadera naranja y su cabello café hacía que se distinguiera entre las personas, dentro del aeropuerto tomo su teléfono y llamo a Missa.
Pero nadie respondía aquella llamada, suspiro pesado y volvió a intentar pero nada. Poco a poco el pánico se apoderaba de él puesto que tal vez le había pasado algo al chico o peor aún, se había olvidado recogerlo en el aeropuerto.
Continuo intentando, mensajes y llamadas, nada de eso contestaba.
Camino hacia la puerta de salida con la esperanza de ver a su amigo esperándolo. Pero parecía que no era el caso.
Estaba con su maleta en la puerta del aeropuerto esperando, mirando a todos lados a ver si divisaba al mexicano, fue bastante su sorpresa cuando alguien sostuvo con firmeza sus hombros por la parte de atrás.
— Ya te la sabes, dame tu celular, dinero y ... Tu corazón. —
Aquella voz que trataba de ser intimidante aparte de intentar imitar un acento chilango, pero al final termino soltando una risa.
El chileno que hasta apenas había podido reaccionar por el susto solo se giró para encontrarse a Missa detrás de él extendiéndole los brazos, inconscientemente lo abrazo, aún algo espantado.
— Eres un puto weon, casi me cago en los pantalones. — Expreso con cierto alivio en sus palabras.
Mientras daba aquel abrazo el chileno golpeó levemente el abdomen del mexicano como reclamo por lo antes sucedido, a lo que Missa solo soltaba risas y decía "Ya wey" en todo momento para calmarlo.
Ambos estuvieron abrazados por un rato, más o menos unos 5 minutos.
Phillip había logrado sentir el confort de su contrario, aquel recuerdo de años atrás parecía refrescarse ahora en brazos de Missa. Lo había logrado, era completamente feliz.
Después de eso se separaron y Missa ayudo a subir la maleta de su contrario a su auto, subieron y comenzaron el viaje a la casa del mexicano.
En el camino venían hablando de cualquier cosa, el viaje, lo que habían hecho estos últimos días y que harían después.
— Wey, sería muy chingón que grabemos un vídeo juntos. —
Exclamó el mexicano enmedio de la plática, a lo cual el chileno sonrió ampliamente mientras en su cabeza se venían ideas para ello. Y sin duda encontró la mejor de todas.
—Me acabas de dar una idea... — Menciono mientras rascaba su barbilla, como siempre lo hacía cuando tenía una gran idea.
¡💌!
Una vez que habían llegado a la casa de Missa, este le ayudo a bajar su maleta.
La casa era una nueva a la que Phillip había conocido hace 2 años atrás. Suponía que los vecinos seguían corriendo a Missa por todos los gritos que se aventaba en sus videos.
— Que bonita casa, Missa, seguramente ahora puedes subir videos más seguido. — Exclamó Phillip mientras entraba a la casa.
Missa soltó una risa algo nerviosa y volteo a ver a su contrario con cara de "Nah creo".
— Es que wey, siempre sale algo mal cuando quiero subir videos. —
Explico el mexicano camino a la habitación donde dormiría Phillip.
— Si como no. — Respondió sarcástico.
La casa era grande y tenía mucha escencia a Missa, llena de cualquier cosa que hiciera referencia a nintendo o instrumentos musicales por todos lados.
Una vez en la habitación, Missa aventó la maleta de Phillip sobre la cama, debido a que está pesaba mucho.
Phillip se sentó sobre la cama un momento observando la habitación de huéspedes, el anfitrión lo dejo solo para que se acomodara, el chileno se quitó aquella sudadera y se quedó con una simple playera.
Estuvo unos momentos en su teléfono apuntando la "Grandiosa idea" sobre el nuevo video que grabaría junto a su greñudo de confianza.
¡🧡!
Tiempo después ambos jóvenes salieron a comer a la ciudad, Missa le enseño todo lo que había cambiado en los últimos años. La pandemia habia modificado muchas cosas y después de todo regresaron a casa.
Ya era tarde y Missa se quedó editando algunos vídeos, Phillip le acompañaba, aunque el sueño le venció y se quedó dormido en una silla a lado de Missa, quien por su parte fue por una cobija y lo cubrió.
Aquella escena era enternecedora para el mexicano, no pudo evitar acariciar de manera suave la cabeza del chileno, el cual al tacto solo se removió.
— Descansa pequeño Phillip. —
Menciono antes de seguir con sus cosas, así paso la noche.
Missa al igual que su amigo se quedó dormido frente a la computadora.
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– Ale Minamoto!
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ʟᴏᴠᴇʀs |ᴍʀ.ᴘʜɪssᴀ|
Fanfiction[ꜱɪɴᴏᴘꜱɪꜱ] En un mundo donde la amistad parecía inquebrantable entre Missa y Phillip. Ambos han creado una comunidad que los apoya incondicionalmente. ¿Nada puede salir mal entre ellos... O si? El destino tiene planeado algo distinto, cuando embarc...