ʟᴏᴠᴇʀs |ᴍʀ.ᴘʜɪssᴀ|

¡Declaración!

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Después de todo lo ocurrido eran ya las 6 pm hora local, aunque era temprano a decir verdad, el sol comenzaba a ponerse y el aire en la cima se hacia más frio.

— Puta madre Phillip, no traje mi pinche suéter. — Exclamó el mexicano abrazándose a si mismo.

Aunque había fama de que los hombres no captaban indirectas Phillip soltó una risa por el comentario y se quitó su suéter dejandolo sobre hombros del pelinegro.

Missa qué solo buscaba quejarse para que ya se fueran, fue sorprendido por este gesto que hizo que bajara la mirada y siguiera con su camino.

¡🫀!

Una vez en la cima los dos policías se alejaron para que los jóvenes pudieran tomar fotos o conversar.

Missa no perdía tiempo y comenzó por sacar su cámara profesional y sacar fotos del bello paisaje.

Phillip se mantenía al borde de la valla recargado mirando al horizonte, parecía tranquilo pero internamente en sus propias palabras "se estaba cagando" por lo que vendría después.

Missa noto como estaba hundido en sus pensamientos y aprovecho a tomarle una foto distraído que ni siquiera se dió cuenta, sonrió al ver el resultado y después saco su teléfono para hacerse una selfie.

— Philli, ven para acá guapo —

Esto saco de sus pensamientos al chileno que fue de forma inmediata y puso su brazo por encima del hombro de Missa el cual hizo lo mismo y así tomo una foto donde de fondo estaban todos los sakura en un bello atardecer, ambos sonriendo y aparentemente felices... Esa foto tal vez fue la última que se tomaron juntos.

Missa revisaba su teléfono mirando que quedara bien la foto, fue hasta que Phillip no encontró mejor momento, tomo la mano de su amigo con delicadeza así llamando la atención de este.

Phillip dejo ver su rostro enrojecido en la parte de las mejillas. Missa tenía una cara de susto que trataba de fingir con risas nerviosas.

— Missa... Tengo algo que decirte —

— ¿Que pasa? —

Phillip tomo un último suspiro, había esperado por este momento años y sabía que si no daba el paso ahora, no lo daría nunca.

— Missa, no puedo ocultar este sentimiento que tengo por ti... Es absurdo, molesto y me hace sentir cómo un idiota, pero a su vez es inexplicablemente bien, me hace olvidar todo lo malo que me rodea; Missa, eres la luz que ilumina mi camino, quién me guía en este sendero oscuro al que llamamos vida... Si te fueras de mi sendero me sentiría perdido y a medio morir. —

Tomo sus manos con fuerza, acariciándolo para continuar hablando.

— Te necesito tanto como un alcohólico a su cerveza, cómo un perro a su amo, cómo un niño a sus dulces... Sé lo que soy, lo que fui, pero no sé lo que voy a ser en el futuro... Pero sé que quiero estar contigo... Compartiendo lo que me resta de vida a tu lado —

Hubo un momento de silencio entre ambos chicos, Missa miro a Phillip a medio llorar pero aún así se contuvo e hizo una última pregunta.

— Tú... ¿Estás enamorado de mi? — Alzó leve una ceja.

— ¿Que no se nota? — Puso la mano de su contrario sobre su corazón para que sintiera sus latidos. Soltó un suspiro pesado antes de seguir hablando.

— ¿No entiendes que cada latido de este corazón es por ti?... Puedo decir que eres el amor de mi vida y no puedo pasar un momento más sin saber... si tú... Sientes lo mismo.

Finalmente había declarado su amor.

Aquel amor que le quitó el sueño durante noches y en este momento tan hermoso que estaba viviendo; Sintió como una presión se liberaba de su pecho y su corazón latía intensamente.

Aunque aquel joven quedó atónito ante las bellas palabras de su compañero, sin embargo, no podía corresponder ante esos esos sentimientos suyos.

Suspiró para verlo a los ojos con seriedad en su mirar dejando que de su boca escapen cuchillos apuñalando el pobre corazón del enamorado.

— No me gustas. Sólo te veo como un amigo y nada más... y antes de que digas algo, no hay nada que puedas hacer para cambiar mi sentir. —

Aquellas palabras masacraron a ambos jóvenes por dentro, dejando dos corazones moribundos en aquel atardecer en Japón.

No hubo más palabras, no hubo reclamos. Un silencio amargo cubrió aquella ahora sombría tarde en la cual de inmediato ambos se separaron.

¡🥀!

La noche era amarga para ambos jóvenes que se habían alejado sin decir nada. Así dos corazones heridos palpitaban con dificultad y la lluvia que comenzo a caer hizo que el panorama fuese desolador.

Por su lado el mexicano no había perdido tiempo y fue directo al hotel donde saco sus maletas y sin dejar más que las cosas del chileno en la habitación.

Sus ojos retenían lágrimas con fuerza y en un susurro se despidió de aquel sitio, de su amigo...

— Sayonara... Phillip —

Salió de inmediato hacía el aeropuerto donde tomo el primer vuelo que estaba disponible directo a su país.

Por su lado, Phillip que caminaba cabizbajo por las amplias calles iluminadas por anuncios neon pensando en todo aquello que arriesgo y perdió en segundos.

La lluvia mojaba su camisa por la falta de abrigo, ahí fue donde recordo que se lo había dado al pelinegro.

Hasta el momento había sido fuerte, seguía en shock por lo ocurrido pero no podía más así derrumbándose emocionalmente enmedio de la calle.

Se abrazo a si mismo mientras caminaba a paso apresurado derramado un mar de lágrimas que fue confundido por la lluvia sobre su rostro.

¿¡💌!?

Phillip apenas habia llegado al hotel puesto que iba a pie todo el camino de regreso. Una vez en la habitación noto la ausencia del pelinegro y sus cosas.

No había nada alli, ni una nota, ni un solo recuerdo del mexicano en aquel sitio.

En aquel momento se sentó al borde de la cama, las palabras que había recibido a su declaración taladraban su mente hasta lo más profundo.

Aquella noche se la paso llorando hasta caer dormido, pronunciando el nombre de su amado y rogando al cielo que todo fuera una pesadilla.

¿Porque?... Missa...

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⌦ Muchas gracias por leer este cap.

⌦ Espero les haya gustado, un poco de drama para darle sabor a la historia

⌦ Agradecimientos especiales a eltamalero que me ayudó a redactar los diálogos! ¡Vayan a seguirle!

⌦ Si te gusto no olviden votar o dejar algún comentario!

- Ale Minamoto