¿Quién necesita una pelirroja? (PAUSADA)

Trois. Pluie et Quidditch

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Era mediados de septiembre, lo que significaba - para cualquier persona que supiera volar de una forma decente en su escoba -: prueba de los equipos de Quidditch.

La mañana había sido totalmente gris, con nubes que anunciaban una tormenta que no se haría esperar demasiado.

El horario de 10:00 a 11:30 le pertenecía al equipo de Gryffindor. A esa hora, se había desatado una leve llovizna, para luego dar paso al verdadero aguacero.

La lluvia y el viento la golpearon mientras volaban, con la intención de hacerla caer de la escoba - o eso parecía -, mientras India trataba de divisar la snitch dorada por todo el campo, antes de que MacMillan lo hiciera.

A la castaña le parecía sumamente absurdo el tema de las pruebas, pero según las palabras de Potter - que era el capitán -, haber estado el año anterior - o años anteriores como era el caso de la chica Collingwood - no evitaba que hubiera alguien mejor y te pudiera robar el puesto ese año.

Estrechó los ojos observando desde encima de todo el campo, cuando vio un pequeño aleteo dorado cerca de las gradas de Slytherin. Inclinó su Saeta de Fuego 3000 hacia allí, y salió disparada de inmediato.

MacMillan se dio cuenta demasiado tarde de dónde se encontraba la snitch, y para cuanto lo notó, esta ya se encontraba en la mano izquierda de India, quien era zurda, y que tenía una sonrisa en su rostro a la vez que gritaba triunfalmente.

Los jugadores que estaban aplicando para los diferentes puestos - bateadores, cazadores, y no había postulante a guardián ya que era el puesto de James -, se detuvieron, y con ello el "partido de prueba".

La castaña bajó a tierra y la sonrisa se ensanchó al ver bajar al rubio quien le dedicaba una mirada para nada amistosa. Marcus MacMillan era un joven rubio de ojos avellana, totalmente presumido y popular que no tenía ni la más puta idea de que su ego le había costado muchas amistades. Él quería el puesto de buscador desde tercer año. India lo tenía desde segundo.

Era el último partido de prueba, así que todos los aspirantes se acercaron a James, quien estaba con un cronómetro en su mano izquierda, y la varita en la derecha la cual apuntaba a una pluma que escribía sola en el aire sobre un pergamino.

—Bien, ¡acérquense! —gritó a la muchedumbre de gente—. Ahora pasaré a nombrar al equipo oficial. Si no los nombro, vuelvan al castillo. Y a los que nombro quédense para hablar sobre los entrenamientos—todos guardaron silencio—. Cazadores: Louis Weasley, Allison Cooper y Longbottom— los que se habían postulado para el puesto se fueron malhumorados y maldiciendo al capitán—. Bateadores: Potter y Weasley—haciendo referencia a su hermana y Hugo—. Guardián, como todos saben seré yo—puso su sonrisa de número uno lo que le hizo rodar los ojos a India—. Y buscador...—observó a los seis postulantes y sonrió—. Collingwood, eres mi chica.

La sonrisa de India creció notablemente de tamaño mientras le guiñaba el ojo a MacMillan sin una pizca de humor. Esos dos se odiaban desde hacía mucho, y nadie sabía la razón. Solo ellos dos.

—Suerte el próximo año, MacMillan.

—Vete a la mierda, Collingwood—le espetó con fiereza, mientras los demás postulantes se iban.

—Créeme, no me agradaría en lo más mínimo visitar a tus padres.

—Si serás zorra...—gritó mientras sacaba su varita.

—Ah-ah—negó Frank con la cabeza mientras lo miraba y sacaba la suya—. Ni siquiera se te ocurra pensarlo, MacMillan.

El chico frunció el ceño.