One Night Only// Rodrick Heffley ♡

~1~

El ruido persistente de los teléfonos llena la sala de secretaria, mientras mi pierna rebota con insistencia contra el suelo.

De repente, la puerta del despacho del director se abre y este mismo nos invita a pasar.

-Siéntense.

Ambos le obecemos.

-Señor direc...

-No, señorita Evans- dice el hombre, negando con la cabeza- ¿Usted? Es una alumna ejemplar de este instituto. Sus calificaciones siempre han sido altas y ahora romperá su racha por una bofetada?

-No lo hice queriendo...

-Ya- murmura Rodrick mientras mueve delicadamente el paquete de guisantes que tiene envuelto sobre la nariz.

-Y usted, señor Heffley- dice el director mirándole fijamente a los ojos- nos ha causado muchos problemas estos últimos años. Y usted sigue. La cosa acabará mal.

Él no responde y gira la cabeza, mirando por la ventana.

-De acuerdo- dice el hombre, buscando en su cajón dos dosiers y entregándonos uno a cada uno- aquí están las normas de castigo. Deberán venir cada martes, durante ocho semanas y ayudar a limpiar todas las aulas. 

-¡Pero...!

-¡No hay peros que valgan, señor Heffley! Empezareis mañana, ¿alguna duda?

-Sí, verá- digo- hay que quedarse los dosiers o...

-No, los usas para hacerle un mural- murmura el chico. Lo fulmino con la mirada.

-Sí, pueden quedarse los dosiers y aprenderse bien las reglas- responde el director con calma.

De repente suena el timbre.

-Bueno, será mejor que vayan yendo a sus casas.

-Señor director, siento lo que ha pa...

-No se preocupe, señorita Evans- sonríe el hombre- constará una leve falta en su expediente, pero nada que no pueda arreglar unas buenas notas como las que ya tiene. 

-De acuerdo- murmuro

-En cambio, es el señor Heffley quien se deberia de preocupar... Bueno, ¡hasta mañana!

Acto seguido cierra la puerta.

-Mira lo que has conseguido- me dice

-¿Yo?-respondo incrédula mientras salimos del edificio- ¡Tú has sido quien ha empezado!

-¡Ahora tendré que cancelar los ensayos con la banda por tu culpa!- se lamenta ignorando mi comentario.

-Qué pena- murmuro

El me saca el dedo del medio. Lo ignoro y me dirijo al coche de mi hermano, aparcado en la puerta.

-Hola- saludo.

-¿Quién era ese?- pregunta ignorando mi saludo y abriendome la puerta del copiloto.

-Nadie- respondo entrando en el coche y abrochándome el cinturón. Él da media vuelta al coche y entra en el asiento del conductor.

-¡Eh!- exclama

-¿Qué?- pregunto sobresaltada

-¿Eso es sangre?- pregunta señalando mi muslo izquierdo, donde hay una pequeña gota de sangre seca- A mamá le va a encantar

-Mh- asiento mirando por la ventana.

Esa misma noche, después de cenar, mientras acabo de ordenar mi estanteria de libros, escucho la puerta del recibidor.