Kai estaba llorando desesperadamente mientras su novio le sobaba la espalda y lo mantenia en su regazo.
—Ya pasó bebé. —arrulló.
—B-binnie duele. —lloro Hueningkai en su cuello.
Soobin río ante el recuerdo de hace unos minutos donde su bebé tropezó y se raspo su pequeña y suave rodilla.
Sobó el lugar rojito en la pierna de el pequeño y sintio a Kai temblar en su lugar.
El castañito solto un quejido y se aferró a la camisa blanca de su novio mientras sollozaba.
A Soobin se le ocurrió una idea y se levantó del sofá de la sala de su departamento hasta la cocina donde del congelador sacó un pote de helado de menta con chocolate que tanto le gustaba a su bebé.
Se sentó de nuevo con su pequeño en el regazo y agarró el pote y una cuchara.
—Abre la boca bebé.
Kai lo miró con sus ojitos llorosos y un puchero, Soobin besó esa boquita y le sonrio dulcemente.
Kai lo miró con sus ojitos llorosos y un puchero, Soobin besó esa boquita y le sonrio dulcemente.
—Vamos Hyuka, ya pasó, abre esa deliciosa boca para mi.
Kai miró la mano de su novio que sostenia el rico helado y sus ojitos brillaron.
Abrio la boca y recibió gustoso el postre.
Y la tarde asi pasó, donde un Kai adolorido por su rodilla era consolado por Soobin que lo malcriaba con postres...
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