—¡Binnie! —Gritó el pequeño Hueningkai yendo a abrazar a su novio, luego de por fin encontrarlo despues de buscarlo por toda la escuela.
—Hola, bebé... —Dijo Soobin un tanto molesto mientras recibía con gusto el abrazo de Hueningkai.
—¿Qué sucede? —miro preocupado a Soobin, preguntándose porqué era que ahora su novio estaba así.
—El estúpido profesor de baloncesto me dijo que durante todo el mes estuve flojo en los entrenamientos, y que si seguía asi que me vaya olvidando del juego de final de temporada.
Y era cierto, Soobin habia estado un poco distraido pero era porque su madre había enfermado y la estuvo cuidando, además de que su trabajo en la tienda de tatuajes habia estado consumiendo su energía, porqué sentarse en la maldita silla de cuero en una tienda durante 5 horas escuchando a los novatos que iban a hacerse su primer tatuaje tratando de elegir que tatuarse o las chicas que solo iban a coquetearle haciendole perder el tiempo, no sonaba para nada tentador.
—Pero no es tu culpa, Binnie, has estado verdaderamente ocupado durante todo el mes, verás que un buen descanso y un par de entrenamientos más, volverás a ser el grandioso Choi Soobin, el que hacia millones de anotaciones todos los fines de semana. —tomó la mano de su novio mientras se dirigían al departamento del mayor.
Soobin sonrió por la breve descripción que le habia hecho Kai, se detuvo y eso llamó la atención del menor.
—¿Sucede algo? —Dijo Kai mirando a Soobin con curiosidad impregnada en sus enormes ojos.
Soobin tan solo miró esos lindos ojos y se acercó pelirosa y rápidamente a su novio al cual tomó de la nuca y lo atrajo hacia el para besarlo de una manera ruda.
—Bin... Binnie. —dijo Kai en medio del beso, lo habia tomado por sorpresa pero eso no quitaría que se sentía genial, su novio besaba exquisito.
Soobin mordió el labio de Kai dado por terminado el salvaje beso. —Mierda, Hyuka, tan delicioso... —dijo mientras se mordia el labio inferior viendo a su pequeño con sus pomposos labios hinchados y rojos, ademas de sus ojos color miel bastante aturdidos.
—Binnie... —murmuró un Kai bastante timido, tenia miedo de que alguna persona hubiera pasado por ahí y los halla visto besándose, dios, eso seria demasiado vergonzoso.
Soobin río entre dientes por la ternura de su novio, lo tomó de la mano de nuevo y siguieron con su camino.
—Bien, vamos a casa que quiero darme una ducha y tal vez después podemos... —miró a Kai con una sonrisa perversa y cuando este capto el plan de Choi, el rojo se apoderó de su cara.
—¡Binnie! —chilló el menor avergonzado por el desvergonzado comentario del mayor. —Eres un pervertido.
Soobin solo pudo morir de ternura por lo lindo que era su novio.
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