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─No sabía que uno de los miembros se había separado de la banda... ─se tomó el mentón suspirando ─Debería investigar más sobre ellos, sus canciones son muy buenas.
Retomaron algunas conversaciones dejadas al aire en la casa de su amigo enfermo, caminando a un paso más lento de lo normal inconscientemente, ya que ninguno de los dos quería decir adiós aún.
Yasu afirmó con su cabeza ─Es algo reciente igual, ya que no tengo tanta vida social además de Koichi, vivo en mi computadora así que me entero rápido de las cosas que suceden en internet ─se cubrió la boca inmediatamente después de decir aquello último ─, ¡Puf!, no has oído nada en los últimos 20 segundos.
Izumi rió mirando dulcemente de reojo a la chica ─No te preocupes, no tengo mal visto tener un solo amigo, de hecho estoy en la misma situación ─aún se mantenía algo distante a ella por ratos, quería abrirse completamente como veía que ella estaba haciendo, pero algo en su interior no lo dejaba del todo, sin embargo mantenía un esfuerzo en tratarla con amabilidad y calidez.
─Mhm, sí, aunque ahora podemos decir que tenemos dos buenos amigos, ¿No? ─aquellas palabras aceleraron su corazón repentinamente, ¿Realmente estaba siendo sincera o quería burlarse al final?, se sentía mal por tener esos sentimientos de sospecha, y aún más por lo gentil y atenta que se había estado portando con él, así que finalmente decidió resolver sus dudas.
Detuvo su andar, por consecuente ella igual ─Oye, Minori... ─una expresión de preocupación abarcó el rostro ajeno, ¿Había hecho algo erróneo?, ¿Lo había arruinado?
─Dime, Iz... Mi-Miyamura... ─estaba dubitante, ¿Lo había ofendido en algún momento?, ¿Se había mostrado como era muy pronto?, sabía que con Koichi se comportaba distinto a como era en la escuela, pero supuso que estaba formando un lazo más íntimo con el azabache también. Sus manos comenzaron a temblar por miedo a enfrentar las consecuencias de su manera de ser una vez más, no quería estar mal, no con él, ya se culpaba a diario por no tener expertas habilidades sociales, lo sufría día a día en su escuela, odiaba ser así pero no sabía que hacer, estaba perdida.
Al escuchar su apellido se sorprendió un poco, pero mantuvo su vista en el suelo, seguro la había molestado, ya sabía que todo estaba siendo demasiado bueno para ser verdad ─Yo, eh, quería saber porqué no me tratas como los demás... Q-Quiero decir ─tragó algo de saliva antes de continuar ─, dicen que soy muy sombrío y un rarito, te puedes crear mala fama si sigues conmigo y no quiero que eso te llegue a afec... ─subió la mirada para encararla, las palabras se tornaron silenciosas cuando vio la expresión de la chica frente suya, se sobresaltó al verla temblando.
Su rostro estaba rojísimo y sus labios fruncidos, sus manos recogidas bajo su pecho jugando con una pulsera que tenía puesta, pudo ver cómo sus ojos brillaban con angustia y le hizo sentir mal, tartamudeó un poco antes de volver a quedar en silencio.
Yasu bajó, subió y ladeó su cabeza tratando de evitar el contacto visual, suspirando en alto y dejando escapar pequeños quejidos al tratar de calmarse, había dejado de escuchar lo que él le trataba de decir al comenzar a ser atacada con sus pensamientos de una manera abrumadora, no entendía el porqué estaba comenzando a tener un ataque ahora mismo ─P-Per-Perdón yo... yo no quise incomodarte ah... n-no, perdón yo... ─finalmente llevó a su desesperación a encarar la mirada preocupada de Izumi, su respiración comenzó a ser irregular y sentía cómo su oír de nublaba y un ligero pitido aparecía ─Perdón, Miyamura, perd-hah... ─ exhaló, haciendo un esfuerzo por calmarse, el estrés la había sobrepasado nuevamente, sólo que estaba fuera de casa, lejos de las cuatro paredes que la encerraban y protegían, lejos de Shindou, lejos de aquellas críticas que empeoraban su estado, lejos de sentirse bien.
