Craig despierta desorientado. Mirando hacia el techo. Se pregunta qué hace en la habitación de Tweek y dónde está él. Se estira en la cama, y al instante los recuerdas llegan, por lo que se levanta rápidamente buscando a su novio con la mirada. No termina de entrar en pánico cuando lo encuentra, está en una de las esquinas observándolo. Se da cuenta entonces que se durmió, que está sin sus zapatos, ni siquiera se aseguró de no estar rodeados de zombies o algo más. Tweek le gruñe sacándolo de sus pensamientos y mueve su cabeza, apuntando hacia un lado.
Su mochila está llena, las mantas fuera. El bate está junto a esta, con sus zapatos. Lo que llama su atención es el revolver junto al chaleco antibalas, Craig no se sorprende de que Richard tenga aquello en su casa, (Tweek le había contado que, en su infancia, Richard solía asustarlo con un revolver, fingiendo ser un secuestrador). Tweek lleva su chullo puesto. Craig le sonríe y se acerca a ver qué puso su novio en la mochila. Botellas de agua, comida enlatada, entre otras provisiones.
—Gracias cariño— le dice y Tweek asiente. Craig se siente tranquilo de que Tweek no se haya transformado en un zombie total durante la noche, se alegra que aún tenga conciencia de lo que está pasando.
Tardan un poco más en salir. Craig aprovecha que aún hay agua para ducharse, ya que no sabe cuándo podrá volver a hacerlo. Aprovecha y pasa un paño limpió por la cara de Tweek, para quitarle la sangre y suciedad, le toma en una coleta su pelo que se ha dejado crecer en el último tiempo para que no le sea una molestia. También le ayuda a quitarse el pijama y ponerle su ropa normal, su camisa verde y sus jeans. Una vez limpio y sin su uniforme de futbol, Craig se pone su ropa que tenía en la mochila, jeans y una polera negra, se equipa el chaleco antibalas, se pone el revolver en el pantalón, ocultándolo con su chaqueta azul, toma el bate y, por último, el gorro favorito de beisbol de Tweek. Revisa su celular, que tiene poca batería. No Intenta cargarlo porque no hay electricidad. Son las 9:30 am cuando mira el aparato por última vez. Craig no volvió a recibir más mensajes ni llamadas desde la última vez.
Al salir, toma la mano enguantada de Tweek y caminan juntos por la acera, lejos de los cuerpos. No ve el de Butters cerca, así que supone que es un zombie y se debe haber movido. Un escalofrío lo recorre cuando recuerda las marcas de mordidas en su brazo.
Su casi tranquilo viaje no llega muy lejos. De pronto Tweek se inquieta y le suelta la mano. Corriendo hacia la parte trasera de la casa de Kyle. Craig preocupado le sigue, atento a su alrededor.
—¡Hermano! —Craig escucha a un niño llorar. Hay un gruñido y luego nada. Craig corre aún más rápido preocupado por Tweek.
—¡¿Tweek?! —Grita, sin aliento. Ve a un niño sobre un árbol, a Tweek mirándole y un cuerpo sin cabeza a sus pies. Al oírlo, Tweek se voltea a verle, mientras señala al niño—Jesús, no vuelvas a irte así—le dice, mientras se acerca.
El niño sobre el árbol los mira atentamente. Tiene el cabello negro y esos rasgos canadienses. Craig reconoce al hermano menor de Kyle y el mejor amigo de su hermana: Ike.
—Broflovski, baja de ahí—Dice Craig y el niño asiente y comienza a descender.
Una vez abajo mira atentamente a Tweek. Acercándose curiosamente. Tweek le sonríe con los ojos y solo levanta sus manos. Ike le sonríe.
—¿Qué le pasó? ¿Es Tweek? ¿Por qué lleva eso en la cara?—le pregunta el niño a Craig.
—Sí, es Tweek—responde seco. El hermano de Kyle le devuelve la mirada confundido, pero entendiendo que no debe preguntar más. Por lo que, se encoje de hombros y cambia de tema.
—Gracias por la ayuda Tweek—el rubio asiente enérgicamente. Craig mira a Ike en silencio, esperando que explique qué le pasó y por qué estaba en aquella situación—. Bueno... Mamá se volvió loca y corrió lejos, papá fue tras ella y me dejaron en casa. Entró esa cosa por la puerta abierta y escalé el árbol. Kyle todavía no regresa, se fue temprano en la madrugada con Stan ¿me ayudan a encontrarlo?
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Declive
FanficAU. Un ruido lo alerta, un gruñido bajo. Craig ve a Tweek en un rincón de la habitación, está escondido entre unas mantas. Está raramente quieto mientras sigue gruñendo.