Los días siguientes camino al campamento fueron muy tensos. Tolkien seguía desconfiando de Tweek y se mantenía lo suficientemente alejado de él, pero siempre observándolo. No dejaba de lado su arma y cuando dormían, se iba lo más lejos posible del rubio.
Por otra parte, Tricia y Clyde miraban preocupado a Craig, el cual se notaba más estresado y cansado cada día. Solo habían pasado dos días desde que se reencontraron, pero sabían que algo estaba mal. Vieron cómo no dejaba de llorar por las noches, pidiéndole a Tweek que se quedara con él. Cómo no se apartaba demasiado del rubio durante las caminatas. El terror que reflejaban sus ojos cuando lo perdía de vista un minuto.
Y mientras Craig hacía lo posible para estar junto a Tweek, el rubio solo se apartaba más del grupo en general. Tricia sabía que lo hacía para no incomodar más a Tolkien, el lenguaje corporal de Tweek lo decía todo. Siempre alerta a las actitudes del otro, tratando de pasar desapercibido, no llamando la atención. Es por eso que no se sorprendió cuando el rubio los dejó.
Tweek se fue una noche, cuando la mirada de Tolkien era demasiado insistente ante sus temblores y pequeños gruñidos. El rubio simplemente salió a la calle y no miró atrás. Tolkien lo escuchó gritar mientras se alejaba. Nadie se despertó y él se durmió en algún punto luego de aquello. A la mañana siguiente todo fue un caos.
—¿No lo viste irse Toke? —le preguntaba Craig entre lágrimas y él solo negaba. Tal vez era mejor así, sin el constante peligro que Tweek significaba.
Y aunque Craig fuera un mar de lágrimas, no podían retrasar aún más el viaje. Entre discusiones porque Craig quería ir a buscarlo, Clyde no mostrándose de acuerdo a arriesgarse todavía más (ya era suficiente el haber escapado del grupo principal para buscar medicinas) y Tolkien no dándole importancia al asunto, todo se volvió peor. Al final siguieron caminando, pero el ambiente era pesado y nadie hablaba. Tricia los miraba preocupada, sintiendo que cualquiera de ellos iba a buscar una excusa para golpearse. Entre el ambiente grupal que se deterioraba y la ciudad que se veía peor cada vez que avanzaban, Craig sentía que todo iba hacia una espiral descendiente de sufrimiento.
Sobre la situación de la ciudad: Denver estaba peor que South Park, la destrucción era más notoria y el ruido constante de las alarmas no se detenía. Llegando al punto de verse incapacitados de seguir por la ciudad debido a los escombros.
—Vamos a tener que volver y rodear la ciudad, no es seguro seguir—les explicó Tolkien. Todos estuvieron de acuerdo. Excepto Craig quien ni siquiera escuchaba ni miraba a nadie, caminaba por inercia.
—Espera, ¿a dónde vamos? —interrumpió más tarde Craig, cuando se dio cuenta que se estaban desviando, volviendo sobre sus pasos. Tolkien le miró enojado, a punto de golpearlo.
—Agradecería que estuvieses más atento a lo que sucede Craig—respondió, sin disimular su enojo.
—Vamos a rodear la ciudad—agregó Clyde. No pasaron ni cinco segundos y Tricia pudo ver con claridad como Craig cambiaba totalmente. Cómo fruncía el entrecejo, apretaba los puños y se tensaba.
—¡No! Vamos por la ciudad, todavía podemos encontrar a Tweek.
Tolkien solo lo miró y luego continuó caminando. No iba a ponerse a discutir en medio de la calle, pero Tricia le agarró del brazo, impidiéndole ir más allá.
—Si quiere ir por la ciudad bien por él, pero yo no lo haré.
—Toke, somos un equipo. Vamos a conversar y tomar una decisión—intervino Clyde.
—Éramos un equipo Clyde—. Tricia ve cómo se toma su tiempo antes de seguir, cómo procesa cada palabra—. Me harté de cómo Tricia y tú me miran con lástima. De la mirada acusadora de Craig ¿cometí un crimen? Les recuerdo que Richard Tweak mató a mis padres, yo no he matado a Tweek, él se fue—dijo, acusadoramente—. Me voy, nos vemos en el campamento.
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Declive
Hayran KurguAU. Un ruido lo alerta, un gruñido bajo. Craig ve a Tweek en un rincón de la habitación, está escondido entre unas mantas. Está raramente quieto mientras sigue gruñendo.