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Cirene

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Cirene...

Mi mente está plagada de recuerdos, un constante torbellino de momentos oscuros que parecen no tener fin. A veces me pregunto si alguna vez podré liberarme de estos demonios del pasado. Parece que las dificultades han superado con creces a las alegrías en mi vida.

He intentado desesperadamente escapar de esta espiral de negatividad, a pesar de que mi madre no cree que sea posible. Paso cada día tratando de reunir el coraje suficiente para convencer a mi mente de que no hay peligro allá afuera, de que no me toparé con los temidos monstruos de los viejos videos de YouTube o con un Apocalipsis zombis.

A pesar de mis esfuerzos, nada parece funcionar. Mi mente se aferra obstinadamente a sus creencias autodestructivas, alimentadas por mi sufrimiento. Jully solía decir que el subconsciente bloquea los recuerdos traumáticos para protegernos, pero en mi caso es todo lo contrario. ¿Acaso mi propia mente me odia, permitiendo que solo los malos momentos permanezcan en mi memoria?

Las lagunas mentales me atormentan, olvidando tareas simples o incluso interrumpiendo conversaciones con mi familia. Al principio luchaba contra ello, incluso practicaba en soledad, pero finalmente me rendí al ver que todo intento era en vano. ¿Para qué seguir intentando si el tartamudeo y la confusión siempre prevalecen?

Así que cada intento que hago es un fracaso asegurado. Las personas a menudo no comprenden cómo alguien puede sumergirse en la oscuridad de la depresión sin ser notado. Yo misma me cuestiono y me hundo en un silencio abrumador.

¿Hasta qué punto puede una persona hundirse en la desesperación sin que nadie lo perciba? ¿Cuánto sufrimiento puede soportar en silencio?

Estas preguntas me acechan, y solo al encontrarme en este lugar oscuro, empiezo a comprender la verdadera naturaleza del sufrimiento humano y la importancia de la empatía. En un mundo donde la comprensión escasea y el juicio abunda, me doy cuenta de que la empatía es un tesoro raro y valioso.

Ahora veo claramente cómo la falta de comprensión nos lleva a juzgar y condenar sin piedad, siguiendo ciegamente a la multitud y culpando al líder en lugar de buscar la verdadera conexión humana.

Cuando eres silenciado tantas veces y no me refiero a literalmente escuchar la palabra; silencio, por parte de nuestros padres al querer contar algo de suma importancia, si no a sus; ahora no, estoy ocupado, solo inventas excusas, no exageres, no mientas, mejor ponte hacer algo de provecho y ¿por eso sufres? ¡Dios! Los chicos de ahora son tan frágiles como un maldito vidrio.

Eso también es ser callado cuando necesitas alzar la voz, solo que nadie lo comprende y minimizan todo, por el simple hecho de creer que han sufrido más. Y aunque digan que no tiene relevancia o siquiera relación, en realidad si que lo tienen, todas esas personas a las que le han sucedido y ya no quieren sentir y buscan solo un método de escape, se envuelven en lo que jura ayudarlos a dejar este mundo; las drogas.

Mi lugar feliz © <Dilogía "Lugar">Donde viven las historias. Descúbrelo ahora