Silencio.
Cada vez que me animo a desayunar, comer o cenar con mis padres, es lo que hay, un silencio abrumador. Donde siento hasta la más mínima crítica hacia a mi. Sus ojos curiosos navegan por mi cuerpo y eso me hace sentir nerviosa, casi deseando encogerme en mi asiento.
Sigo revolviendo el contenido del plato hondo; papas azadas, arroz blanco y carne de res. No tengo apetito, eso es normal, de un tiempo a la fecha jamás lo he tenido y quizás nunca vuelva. Y el reencuentro de mama en la cocina de esta mañana me dejo sin ganas de hablar o decir algo, es tan agotador esto, de verdad ya no lo aguanto.
—Ayer me topé con Jessica —informa mamá, eso me hace levantar la mirada con rapidez y ella sigue degustando su comida, mastica despacio —
—Ah, ¿preguntó por Cirene? —pregunta papá bebiendo del agua de pepino y limón —. Hace mucho que no la veo
—Ajá, demasiado...desde que todo esto comenzó —sube sus hombros y limpia las comisuras de sus labios con la servilleta —. Es muy curioso, pero respondiendo a tu pregunta, no, no me preguntó, en cuanto me vio, salió de prisa, ¿Por qué será?
—¿Tuvieron una pelea, cariño? —pregunta papá mirando en mi dirección —. Eran mejores amigas, recuerdo que una no iba a ningún lado sin la otra, hasta su mamá creía que eran novias —suelta una risilla provocando que mamá vuelque los ojos
Aunque no lo diga en voz alta, se que a mamá le disgusta que tenga amigos, siempre ha sido así y es por eso que le molestaba que saliera con Jessica. Un nudo oprime mi pecho ante la mención de su recuerdo. Era mi mejor amiga, exactamente hace siete años, cuando yo creía que todos eran buenos y los amigos si existían.
—¿Cirene? —eleva una de sus cejas
—Ella, tuvo más amigas —respondí por fin, el nudo crece en mi garganta y duele un poco —. Con permiso, no tengo apetito —informe al levantarme y sin darle oportunidad de hablarme, camine a mi habitación
Cada que algo sale mal o no sé qué hacer, corro a mi lugar seguro y heme aquí, en la habitación que me vio hundirme poco a poco. Me tiré en el piso, buscando refrescar mi cuerpo. Soy extraña o bueno en eso me convertí; en un ser extraño habitando en el cuerpo de una chica.
Quizás una infección que pudre todo a su paso, consumiendo cada parte de alguien hasta que se le olvide quien es y cuál es su propósito, no lo se, ya no se nada. Jessica sigue presente en mi mente, estuvo en la peor de mis etapas y me abrazó, me tendió un brazo, pero en cuanto tuvo la oportunidad se puso en mi contra y me atacó como todos los demás.
Ella formó parte de lo que me hizo encerrarme aquel fatídico día, ese 14 de febrero del 2016. Un año, donde todo se fue a la mierda. El recuerdo sigue intacto y presente en mi mente, sirviendo como un recordatorio de que para quienes no cumplen con los estándares de la sociedad, nada en la vida es fácil y serán severamente castigados por ello.
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Mi lugar feliz © <Dilogía "Lugar">
Roman pour AdolescentsMi lugar feliz | Sin duda lo eres tú. "¿Cómo puedes hablar de salvación si tú tienes una cadena atada al cuello que viene desde el infierno?" *** En la penumbra de su habitación, Cirene ha vivido años de cautiverio, refugiada en el consuelo de la m...