Technoblade un ratón de biblioteca que nunca ha experimentado el tener un amigo en quien confiar ¿Si quiera es merecedor de ese tipo de experiencia?... ¿Será que un joven de sudadera verde con un curioso apodo sea esa respuesta que tanto ha buscado...
El domingo continué leyendo ese mítico libro. Pero, estaba preocupado, había una situación que simplemente me parecía fuera de lo común. Aquel libro que relataba la historia de un admirador secreto y su chico enamorado, me producía una sensación cálida en el pecho, pero de una manera particular.
No paraba de imaginarme a mí y a Dream en las situaciones que planteaba.
Jamás, desde que comencé a leer, esto había ocurrido. De alguna manera sentía pánico, algo de miedo al no comprender estas nuevas sensaciones.
El admirador, aunque nunca revelaba su identidad era sumamente directo con sus palabras y realmente me daba la sensación de ser alguien muy seguro de sí mismo.
Quisiera tener esa cualidad.
La seguridad en uno mismo, como está expresada en estas páginas, desearía alguna vez tenerlo.
La sala de estar de mi hogar no era precisamente un lugar silencioso, mucho menos privado. Pero no creí que eso fuera un problema hoy. Wil y Tommy habían salido a buscar un nuevo pedal de distorsión para el mayor. Por lo que solo Phil estaba en casa, preparando la cena.
Estaba completamente perdido entre las páginas de ese libro que no noté cuando Phil se sentó en el sofá frente a mi.
-Es curioso, nunca creí verte leyendo ese libro. - Phil me había dado un susto, al grado de sentir mi voz atorarse en mi garganta. Carraspeé un poco y levanté mi vista del libro.
-¿Por qué lo dices Phil? - Fingí no saber a qué se refería.
-Bueno es romance, tú eres más de historia y ciencia ficción. - No debo olvidar que hablamos de mi padre. - A tu madre le encantaba. Le recordaba la forma en la que la conquisté. - Su mirada melancólica me daba un ligero aire de tristeza al recordarla pero igual me aventuré a preguntar, sumido en curiosidad.
-¿Cómo fue que eso ocurrió? - Pocas veces mencionamos el tema, así que este tipo de conversaciones no eran comunes.
-Bueno, digamos que le regalé una hermosa rosa negra. Algo casi imposible de lograr, pero ella me había dicho que eso es lo que siempre había deseado ver.- Mi padre miraba al cielo, como si buscara ver su rostro en el techo de la sala de estar...
-Ya veo... - ¿Sería esta mi oportunidad? - ¿Podías pensar en otra cosa? - Esa pregunta pareció confundirlo.
-¿Qué quieres decir? - Puso atención a mi rostro.
-Cuando estabas enamorado de ella... ¿Podías pensar en algo más? - Bajé mi mirada hacía la cubierta del libro ahora cerrado sobre mi regazo. Escuché un sonido de negación proveniente de él.
-No... no importaba cuán ocupado estuviera, o que tanto tratará de evitarlo. No podía pensar en nada más. En su mirada, en su sonrisa... - Me parecía extrañamente familiar esa descripción.
-¿Eso significa estar enamorado? - Él me sonrió con ternura.
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