Capítulo 3: Recuerdos que sacan sonrisas

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Una castaña miraba por la ventana de un auto las calles, mientras el joven que iba al volante manejando le iba platicando.

¿Y cómo está Yayoi?, ya no me visita esa ingrata, decía Yu, mientras conducía.

La pobre anda con mucho trabajo en la revista, no es nada sencillo ser la jefa de ediciones, ella tiene que estar pendiente de que todo lo que se publicará sea en la revista escrita o en la virtual, respondía la castaña.

Claro comprendo, Yayoi a pesar de su juventud es una chica muy inteligente aparte de bella por supuesto, jefa de ediciones, en solo 2 años de entrar a la revista más reconocida del país, decía Yu.

Sí, Yayoi es muy inteligente, y por lo mismo una excelente profesional, por ello el jefe no dudo en nombrarla jefa de ediciones a pesar de no tener experiencia previa en ello, pero Yayoi ha demostrado lo capaz que es mostrando un buen desempeño, por ello el jefe no dudo y la dejo un año más en el cargo, agrego la castaña.

Claro, ¿Y ya tiene novio o sigue soñando con su amor platónico?, acoto Yu, sonriendo.

Sigue soñando con él, dijo Sanae sonriendo.

¿Y tú?, agrego Yu.

¿Yo qué?, pronunció la castaña, con calma.

Ya tienes novio, o estás igual que Yayoi esperando que un amor platónico se acuerde de ti, decía Yu sonriendo.

No me compares con Yayoi, yo no soy como ella que vive aferrada al recuerdo de su primer amor, contesto Sanae.

Por ello nos llevamos también chica lista, aunque acabas de mencionar algo que nunca me habías contado pillina, tuviste un primer amor, ¿Quién fue?, ¿a qué edad lo conociste?, porque supongo que no fue ninguno de los amiguitos que te conocí, agregaba Yu, mientras la castaña, cambiaba su rostro a uno de molestia.

No tuve un primer amor, solo fue un decir, dijo Sanae, con firmeza, al tiempo que unos recuerdos vinieron a su mente.

-.Recuerdo.-

Una niña castaña abordaba un auto junto a su madre, mientras su padre se despedía de ellas con un movimiento de manos.

El fin de semana iré a Tokio, para verte hija, decía el padre de la niña castaña.

Bien papi, respondió la niña, luego de ello el auto partió.

Tras algunos minutos el auto paso por su ex colegio, ante ello la vista de la castaña se llenó de lágrimas, las cuales no pudo contener al ver llegar a la misma con un balón en sus pies a un apuesto niño de cabello desordenado.

¿Te pasa algo mi niña?, pronunció la señora Nakazawa.

No, nada mami, nada, dijo Sanae, secándose las lágrimas con las palmas de su mano, mientras pensaba: Nunca debí asomarme a esa ventana, nunca, nunca.

-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-

Bien, bien, te creeré, y en cuanto a Yayoi, en parte comprendo que no pueda olvidar a ese muñeco, pues es un verdadero príncipe, ya me lo imagino como habrá sido de niño, de seguro un primor, decía Yu, haciendo una pausa para agregar: ¿Sabes lo que yo haría si fuera Yayoi?

¿Qué?, respondió la castaña sonriendo.

Yo iría a ver algún encuentro futbolístico donde él este participando y me pararía ante él para decirle: ¿me recuerdas?, acotó Yu.

No debe ser tan sencillo para ella hacer algo así, ¿no?, tal vez ni la recuerde como ella dice, respondió Sanae con calma, mientras pensaba: Si fue conmigo una vez a un campeonato intercolegios con la finalidad de verlo, incluso se preparó con mucha anticipación para ello, de seguro la pobre espero que él al verla la recuerde, pero no paso ello.

LA PRIMICIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora